¿Cuál Es Mi Compromiso Cristiano? En medio de la tribulación es fácil decir “!Señor, Señor¡”. En plena dificultad es fácil alzar los ojos a lo alto;

En medio del desierto es fácil quebrantarme y acordarme de Él; en medio de los hornos de fuego es fácil creer que Él existe; cuando las olas se levantan es fácil clamar!!

Pero cuando ya todo se aquieto y las aguas vuelven a su cauce, el incendio se apaga y en el desierto hallamos sombra y agua,  Y creemos que estamos a salvo! Que ya no necesitamos más y que podemos nosotros solos con lo que venga!

¡Así es la infidelidad del hombre¡ Se olvida de agradecer y se olvida que el favor recibido conlleva un compromiso. Un compromiso consigo mismo y con Dios que lo rescato.

Un compromiso de vivir en santidad por amor a Él, y por amor al testimonio personal que conducirá a otros a los caminos del Señor.  

Es el compromiso de amar a Dios con todo nuestro ser y amar al prójimo como a nosotros mismos.

Este compromiso cristiano implica:
  1. Enseñar a otros el camino de Verdad.
  2. Hablar justicia
  3. Servir con un corazón humillado y contrito
  4. Interceder por otros.

De esto se tratará la tercera y última parte de la serie de enseñanzas “Exegesis Salmo 51”: El compromiso con el Señor que nace de la gratitud por lo que Él ha hecho por nosotros

Gratitud por habernos perdonado, limpiado, restaurados y acercado a su presencia. Puede revisar la segunda reflexión de esta serie en https://iglesiapactograciamaranatha.org/restaurar-la-vida/

3. ¿Cuál es El Compromiso cristiano?


!Este compromiso que adquirimos con el Señor es lo que mueve la vida del cristiano¡

Le mueve a amar como Dios ama, a perdonar como Dios le perdono, a dar testimonio de una vida nueva y transformada, de tener un corazón humilde y una disposición al servicio.

1.  El compromiso de Enseñar los caminos del Señor.

Este es el compromiso de enseñar el camino a los transgresores, a los que violan los mandamientos de Dios, aquellos que le niegan a Él y que viven alejados de su presencia

Salmos 51:13  Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,  Y los pecadores se convertirán a ti.

David conocía en carne propia lo que era desviarse del camino, había errado, se había rebelado contra Dios. Conoció las consecuencias desastrosas de esas acciones y podía ser testigo fiel de la obra destructora del pecado

Pero también es testigo fiel de la gracia divina que le había envuelto al reconocer su pecado y moverse al arrepentimiento, de tal forma que pudo cambiar de dirección la ruta de su vida.

Y  había experimentado que Dios en su misericordia le había perdonado y restituido el gozo de la salvación y la presencia del Espíritu Santo en su ser. (Recordemos que en el Antiguo Testamento el Espíritu Santo no habitaba de manera permanente en los hijos de Dios)

Y entonces estaba preparado para enseñar a otros -a los cuales llama transgresores- cómo andar el buen camino.

Puede identificar claramente los caminos de maldad en los que andan aquellos que no reconocen la Ley de Dios, y la violan creyendo que no sufrirán las consecuencias.

  • El compromiso de enseñar predicando el Evangelio:

Predicar el Evangelio va más allá de hablar del amor de Dios. Es hablar también del mundo de pecado que separa al hombre de ese amor divino.

De manera que cuando enseñamos el Evangelio, nos preparamos para enseñar la verdad del pecado y la Verdad de la misericordia y gracia divina.

Y tenemos la esperanza que una vez les es mostrado ese camino nuevo, y la bondad de Dios les permite seguirlo, tendrá como efecto la conversión del pecador.

  • El compromiso de enseñar con el testimonio:

Ese compromiso de enseñanza David lo hace por medio de su testimonio. Llegamos a otros, muchas veces hablando la Palabra de Verdad, pero la mayoría de veces, llegamos siendo testimonio vívido de esa Palabra.

Cuando el Señor transforma nuestra vida, no nos podemos callar, hablamos a todos las maravillas que Dios ha obrado en nosotros.

Pero también, esa transformación se ve, y de manera especial, la ven aquellos que no conocen a Dios.

Esa es nuestra gran oportunidad de comprometernos con la predicación del Evangelio, de las buenas nuevas de salvación.

De comprometernos en amor, con aquellos que sufren las secuelas de un pecado que no se reconoce hasta que el Señor abre los ojos y el entendimiento.

Y es allí donde nuestro testimonio es de gran valor, porque se convierte en la evidencia irrefutable del poder de Dios para transformar la vida, hasta del más vil pecador.

¡Debemos comprometernos en enseñar esa gran Verdad!

2. Compromiso de Hablar justicia.

Salmos 51:14  Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;  Cantará mi lengua tu justicia.

David en su ceguera tramando que nadie se diera cuenta de su transgresión, indirectamente comete homicidio contra Urías Heteo, esposo de Betsabé

Y aunque él era el rey de Israel, solo Dios podía salvarlo de tan grande pecado. Y la gracia divina le alcanza, cuando puede abrir sus ojos y ver su profundo pecado.

Y por ese reconocimiento en el corazón de David, le llama Dios de mi salvación.  El único con el poder de rescatarlo de su propia maldad y destrucción.

Solo nuestro Dios Santo nos puede salvar, del pecado, del mundo, de la asechanza de Satanás. Solo Dios nos puede rescatar de nosotros mismos¡

Y como resultado de la obra salvadora de Jesucristo, David proclamará la justicia divina que como bien sabemos, es en Cristo Jesús Señor nuestro, y prosigue en el v15

Salmos 51:15  Señor, abre mis labios,  Y publicará mi boca tu alabanza.

  • David testifica de Cristo, alabando:

Publicar alabanza significa dar a conocer quién es Él, alabarlo por sus atributos, por ser nuestro salvador, por su justicia, misericordia y omnisciencia.

Proclamarle porque le hemos conocido de cerca, le hemos visto con su mano extendida hacia nosotros.

3. Compromiso de Servirle 

El compromiso con el Señor se expresa en nuestra disposición para servir en su obra. Ese servicio se debe caracterizar por hacerlo con un corazón contrito y humillado

Salmos 51:16-17  Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;  No quieres holocausto.

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;  Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

(NVI 1984)  El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; 

Tú,  oh Dios,  no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.

David está claro que Dios no se agrada con sacrificio de animales muertos sino con un corazón quebrantado y arrepentido,

Dios se agrada con un corazón que se arrepiente de su pecado y se vuelve al Dios de su salvación, todo por pura gracia.

  • El compromiso nace en el corazón:

Tenemos que reconocer que lo que Dios ve, es el corazón. No importa cuanta obra “de bondad” hagamos,

Si nuestro corazón es altivo, arrogante, autosuficiente, necio y oculta pecado, cualquier obra de bondad que hagamos, no la vera Dios. Serán como trapos de inmundicia delante de Él.

Solo un corazón nuevo, renovado en el Espíritu Santo, quebrantado en arrepentimiento, que en humildad reconoce su pequeñez e incapacidad, podrá comprometerse en agradecimiento y amor, hacia aquel que le salvo; Nuestro Cristo!!

4.  Un Compromiso de Intercesión

Salmos 51:18-19  Haz bien con tu benevolencia a Sion;  Edifica los muros de Jerusalén.

Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, El holocausto u ofrenda del todo quemada;

 Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

Por último termina pidiendo que la bondad de Dios se manifieste sobre Sion que es un tipo de la iglesia, porque hasta entonces serán agradables los sacrificios de justicia.

Todo creyente, que ha experimentado la bondad de Dios, esa bondad que le levanto y le extendió su mano de poder para santificarle, ha de adquirir  compromiso con la iglesia del Señor.

  • El compromiso de amar al prójimo:

Un compromiso de interceder por todos aquellos que viven sin Dios y sin esperanza; de ir en busca de  los elegidos de Dios;

Tener un corazón comprometido que se preocupará por la expansión del reino de los cielos aquí en esta tierra perdida y en caos.

Una persona restaurada por el amor de Dios, no podrá callar y no se podrá quedar quieta mientras sus ojos ven como el pecado destruye familias enteras,

Ver como el pecado del mundo destruye generaciones de jóvenes y de infantes, debe hacer que nos levantemos en busca de ellos, y doblar rodillas para que el amor de Dios les alcance.

  • Un compromiso que se apoya en el poder de Dios:

El corazón agradecido del pecador arrepentido, que ha sido perdonado y limpiado, pensará en la necesidad de otros, en el dolor de todos aquellos que viven sin Dios

Y clamará para que el Espíritu Santo les redarguya y les convenza de pecado, les dé un nuevo corazón, una nueva naturaleza

Y que con esa obra de gracia, puedan reconocer que su vida ha de tener el único propósito de Glorificar a nuestro Creador!!

Conclusión.

Nos hemos dado cuenta de la riqueza contenida en la poesía hebrea, en la importancia de aplicar los paralelismos y la clasificación a la que pertenece el salmo, en el caso en estudio uno de los siete salmos penitenciales,

Y al ir de versículo en versículo vemos la expresión del salmista primero reconociendo su pecado, pidiendo el favor de Dios para su restauración

Y como resultado de ello comprometiéndose a proclamar la justicia y misericordia del Dios Santo, Justo y Salvador.

 

Fuentes consultadas.

Biblias: RVA60, NVI, Jerusalen, DHH.

Esword.

Diccionario VINE AT.

Comentario Bíblico Siglo XXI.