La Oración Transforma Mi Alma, aliviana el peso que llevamos y nos hace descansar en el pensamiento alto y sabio del Dios Soberano

Texto referencia.

Filipenses 4:6-7  Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Porque sabemos que la oración es un medio de gracia que Dios nos concede para estar en comunión con Él y para crecer espiritualmente,

De igual manera, la oración es esa arma secreta que nos permite luchar día a día con las adversidades y las asechanzas del enemigo.

Y en la medida que la oración es practicada, se va convirtiendo en una profunda necesidad de nuestra alma y nos va transformando,

Nos va llenando de paz, seguridad, confianza, gozo, dependencia absoluta, y finalmente, nos permite descansar.

Isaías 26:3  Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

¡La oración transforma mi alma!

El apóstol Pablo nos da una serie de instrucciones, y lo primero que nos pide es que por nada estemos afanosos,

  • Afán:

Estar afanoso significa encontrarnos siempre llenos de ansiedad, preocupados e inquietos por los diferentes quehaceres del día a día

El consejo es, que no nos afanemos, que echemos fuera esa ansiedad y preocupación

  • Peticiones:

También nos instruye a presentar todas nuestras peticiones  ¿Cuáles peticiones? Todo aquello que amerita una respuesta a una necesidad específica.

Si necesitamos una respuesta de Dios ante una situación vivida, sobre esto hemos de exponer nuestra petición

  • Delante de Dios:

Y esas peticiones no se presentaran delante de hombres y mujeres, ¡No¡ se han de presentar delante del Dios Todopoderoso

Es decir, esas necesidades que nos llevan a clamar, nos han de mover hacia Dios, nos han de acercar a nuestro Creador y Señor

Nuestras aflicciones y angustias no nos han de acercar al mundo, que más carga pone sobre el alma, sino al Dios que aligera nuestra carga.

  • Oración:

Vamos a orar fervientemente por todo aquello que necesitamos, por todos aquellos que necesitan y por la obra del Señor

Esta oración describe el acercamiento de un creyente con el Señor.

  • Ruego:

Pero también vamos a rogar, y este ruego es una oración puntual, específica por una necesidad definida, que de manera especial nos carga el alma.

Todo ruego comunica la petición de algo en forma definida y específica, y va más allá de una oración

  • Acción de gracias:

Toda oración y ruego debe ir acompañada de una acción de gracias, entendiendo la gratitud, como un acto de adoración.

El dolor y el sufrimiento, así como la alegría y la felicidad, deben siempre llevarnos a un acto de adoración,

La oración transforma mi alma

Porque todo lo que tenemos, lo que somos y lo que vivimos, proviene de Dios, y solamente Él nos puede mudar los tiempos

  • Paz:

Cuando la oración reemplaza a la preocupación, es entonces cuando sobreviene la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento

De manera que, mientras más preocupaciones hayan, debe haber más oración!

  • Guardar:

Cuando nos acercamos a Dios en oración y ruego, siempre habrá una protección interna, por parte del Espíritu Santo, guardándonos como una guarnición.

Si llevamos a cabo todas estas instrucciones de la Palabra, podremos comprobar un efecto transformador en el alma.

  1. La oración transforma el alma ¡Nos hace Humildes¡

En la medida que disponemos el corazón a la oración y dependencia de Dios, vamos expresando humildad que es lo opuesto a la soberbia,

¿Y por qué la oración me hace humilde? Porque orar es dependencia¡ Cuando oro muero a mi autosuficiencia,

La falta de oración es señal evidente de orgullo, y esto impide que haya un cambio en la vida, en la familia, el trabajo y en la iglesia,

Y es ese orgullo “el caldo” donde crecen todos los pecados, es por eso que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes,

  • La humildad de orar:

Disponer el corazón para orar a Dios, es como decirle al Señor “sin ti yo no puedo”, “Yo no tengo el amor suficiente para sacrificarme por los demás”

Es decirle a Dios “yo no puedo aprender a contentarme con lo que soy, con lo que tengo, con lo que tú me permites vivir”

Orar humildemente es reconocer que carecemos de las fuerzas para avanzar rectamente, que no tenemos la capacidad para hacer como debemos

Y aún más, orar es decirle a Dios que no tenemos la santidad que Él demanda, que nos falta la fe, que es grande nuestra flaqueza y nuestros pecados,

Santiago 4:6  Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.(A)

  1. La oración transforma el alma ¡Crea dependencia¡

Filipenses 4:1    Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

Para poder hacer de la oración ese medio transformador del alma, necesitamos “estar firmes en el Señor”

¿Qué significa “estar firmes”? significa perseverar, estar en pie, no desmayar, no ceder, no cansarnos, no cesar de orar.

Y podremos mantener esa firmeza, porque el Señor nos sostiene, porque el Espíritu Santo nos guía e ilumina.

Esa firmeza es posible porque tenemos un corazón nuevo que  anhela fervientemente tener un testimonio de vida nueva que solo es posible en Cristo.

  • La oración transforma la división en armonía:

Sabemos que el ruego es una oración por una necesidad específica de nuestra alma, y como cuerpo de Cristo, debemos aprender a rogar por la armonía y unidad entre hermanos.

Filipenses 4:2-3  Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.

(DHH C* 2002*)  Ruego a Evodia, y también a Síntique,[b] que se pongan de acuerdo como hermanas en el Señor.

 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio,

 con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

En la iglesia cristiana visible, donde todos nos reunimos y compartimos, no podemos olvidar que todos somos pecadores

Que todos vivimos y trabajamos entre pecadores, y tarde o temprano el pecado afectará nuestras relaciones personales.

El alma cambia en la comunión con Dios

Y una cosa de poca importancia que acontezca, puede ser la causa de que se digan palabras agudas, se hieran los sentimientos, se guarden rencores.

Debemos orar para que la armonía permanezca más allá de estas situaciones hirientes entre los hermanos

Recordemos que nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida, y no estaremos riñendo entre los elegidos del Señor¡

  • La oración transforma nuestro testimonio:

Filipenses 4:4  Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Para poder mantener la armonía tan anhelada en el cuerpo del Señor, solo es posible si aprendemos a regocijarnos en Su maravillosa obra,

No olvidando que somos nuevas criaturas, que estamos dotados de dominio propio, de amor y de poder para perdonarnos unos a otros

Filipenses 4:5  Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

Para ello, el mandato bíblico es “que vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres” que nadie ignore nuestra amabilidad.

Pero ¿Qué debemos entender por “gentileza o amabilidad”? esta expresión hace referencia a la comprensión y la misericordia

Es decir, que ante nuestras muchas diferencias como hermanos en Cristo, debemos esforzarnos por comprendernos unos a otros,

Y aprender a ser misericordiosos los unos con los otros, recordando que misericordia es, no dar lo que se merece,

Para poder ser misericordiosos debemos perdonar, sobre la base de que Dios nos ha perdonado a nosotros Toda nuestra Gran deuda.

¡Cuánto más debemos nosotros perdonar las pequeñas deudas de nuestros hermanos¡

  • Orar para transformar nuestros pensamientos:

La oración debe ayudarnos a poner los pensamientos de Dios en nuestro corazón.

Filipenses 4:8  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro,

 todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

La Palabra nos invita a tener dominio propio en nuestros pensamientos, no dando lugar al pecado premeditado.

Quitar de nuestra cabeza los pensamientos deshonestos, injustos, impuros, conflictivos e indignos,

Para sustituirlos por todo aquellos que tiene virtud, que es de buen nombre, digno de alabanza,

La oración transforma mi alma

Porque todo pecado nace primero, como un pensamiento, que si no se frena, pronto hará nido en el corazón hasta hacerse realidad!

Cuánto debemos orar por nuestros pensamientos¡! Que el Señor nos ayude a tener Su pensamiento en nosotros¡!

  • Orar por sinceridad

Salmo 139:23-24  Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;  Pruébame y conoce mis pensamientos;

Y ve si hay en mí camino de perversidad,  Y guíame en el camino eterno.

(BAD)  Fíjate si voy por mal camino,y guíame por el camino eterno.

Esta es la valiente oración de David! Él le pide al Señor que examine su corazón y que pruebe sus pensamientos ¿Nos atrevemos a pedir eso nosotros?

Cuando David le pide a Dios que  “examine” su corazón, lo que le está diciendo es, que escudriñe y mire muy en el fondo de su corazón

Pero no para que Dios sepa lo que hay, pues Dios lo sabe todo, lo que sentimos y lo que pensamos,

Si no, para que Dios le muestre lo que aún ni David sabe que hay dentro de sí, porque engañoso es el corazón.

David quiere que el Señor le muestre si hay camino de perversidad en él, de manera que Dios lo libre de su propia destrucción.

¿Cuál es el camino de perversidad? Aquellos pensamientos que me llevan a decidir caminos de dolor y sufrimiento,

Pensamientos que me conducen a la incredulidad, la vanidad y el orgullo, el egoísmo, la mundanalidad, deseos perversos y placeres vacíos.

Que el Señor nos libre de todos esos caminos¡ sendas de negligencia, de apatía para orar, para leer la Biblia, para congregarnos

Orar para que podas dejar esos caminos de autosuficiencia y orgullo, donde creemos que nosotros podemos solos, sin Dios¡!

Que necesario es, pues, ir a Dios al instante y preferir sinceramente la petición: «Señor, ve si hayen mí camino de perversidad.»

Que nada que sea malo, que sea opuesto a tu carácter, repugnante a tu Palabra o dañoso y degradante para nosotros mismos, permanezca o sea albergado dentro de nosotros. T. Wallace[1]

Conclusión:

La oración transforma nuestra alma, nos hace abandonar todo aquello que se guarda en nuestro corazón y que nos lleva a la destrucción,

Nos permite ser humildes, agradecidos, sinceros, escudriñando nuestro corazón para ser librados de ser ofensivos a Dios y su Palabra.

Palabras y frases significativas:

Firmes: stéko del tiempo perfecto de G2476; estar estacionario, i.e. (figurativamente) perseverar:- estar en pie, estar firme.

 

 

[1] El tesoro de David, Charles Spurgeon, pág. 700.