Espera En Dios ¡No Te Abatas Oh Alma Mía¡ porque cuando estamos pasando por circunstancias difíciles experimentamos en el alma, tristeza, depresión,

Y una preocupación que nos consume, es allí cuando aprendemos del salmista a predicarnos la Palabra de Dios ha nosotros mismos, y eso es lo que nos enseña este salmo,

De manera que aun, cuando estemos luchando con dudas y temores debemos mantenernos firmes en la fe puesta en el Dios vivo ¡En Mi Dios¡

Texto referencia.

Salmo 42:5  ¿Por qué te abates, oh alma mía,  Y te turbas  dentro de mí?

 Espera en Dios; porque aún he de alabarle,  Salvación mía y Dios mío.

Ante las dificultades que vivimos, no debe haber razón alguna para que estemos inquietos y preocupados, deprimidos ni desanimados

Porque nuestra confianza siempre ha de estar puesta en el Dios de nuestra salvación, el Dios que nos cuida, protege, sustenta y nos hace perseverar

Por eso, es muy importante traer a la memoria la Palabra de Dios, y predicarla a nuestra alma, y podernos decir “no desesperes, sino, espera en Dios”

Si usted desea escuchar esta predica, por favor visite https://youtu.be/QKFsPXqvTnE

Pero si su deseo es profundiza más sobre cómo superar la frustración en medio de tanta dificultad de vida, por favor visite ¿Cómo Superar La Frustración?

Espera en Dios ¡No te abatas oh alma mía¡

El consejo de la Escritura es, que en medio de las adversidades, debemos esperar en Dios, pero ¿Qué es la esperanza?

La esperanza es un don de Dios para su iglesia, es un hermosos regalo que sustenta al pueblo de Dios, y es una esperanza firme que jamás desilusiona

Romanos 5:5  y la esperanza no avergüenza;

porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado

De modo que la esperanza nos capacita para vencer las tribulaciones, y esa esperanza encuentra su fundamento en el amor de Dios hacia nosotros

Y tal como Pablo le dice a los Romanos, en el capítulo ocho “¿Quién nos separará del amor de Cristo?

Porque el  amor de Dios ha sido derramado abundantemente en nuestros corazones de manera que supera con creces toda adversidad que enfrentemos.

  • El fundamento de la esperanza cristiana:

Conociendo la profundidad del amor de Dios, nos damos cuenta que  la esperanza está fundamentada en lo siguiente.

Primero: en lo que  Cristo ha hecho por nosotros,

Es decir, en lo que Cristo ya hizo en nuestra alma: su obra redentora y salvadora, lo que consuela y conforta nuestro corazón;

Salmo 23:1-3 Jehová es mi pastor; nada me faltará…

 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

El Señor es nuestro buen pastor, somos el rebaño de Dios, por tanto, el cuidara de cada uno de nosotros, y ante la dificultad, Él nos confortará

Segundo; lo que Cristo hará;

Y sabemos que las promesas de Dios son fieles para su iglesia.[1]  Y esa fidelidad se fundamenta en la inmutabilidad de Dios.

Es decir, que nuestra esperanza cristiana está fundamentada en un Dios que no cambia, que su Palabra no cambia, que es verdadera y que todo cuanto ha dicho, se cumplirá.

  1. Espera en Dios y descansa en lo que Cristo ya ha hecho.

Para poder dimensionar la obra de Cristo en nuestra vida, es necesario que analicemos la época pasada, cuando vivíamos sin Dios y sin esperanza.

Efesios 2:12-23  En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel

y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Cuando estamos atravesando tiempos difíciles, solemos olvidar todo lo que el Señor ha obrado en nuestra vida,

Y ponemos nuestros ojos en las circunstancias, en las limitaciones, en el panorama incierto, y olvidamos la obra más importante de Dios en nosotros.

  • “En aquel tiempo”:

Para dimensionar la principal obra del Señor en nosotros, es necesario hacer memoria de nuestro tiempo pasado

Es necesario recordar el “Antes” cuando vivíamos sin Cristo, sin esperanza y sin el Dios verdadero,

Cuando nuestro corazón estaba lleno de temores y desesperanza, y nuestra vida era como una nave que viaja en un mar tempestuoso en una noche sin estrellas, sin rumbo,

Espera en Dios oh alma mía

Una vida vacía, ajena a las promesas de Dios, sin dirección y sin un puerto donde llegar ¡Una vida de oscuridad y tropiezo¡

Esta era nuestra vida antes, que el Señor, en su gracia y misericordia, nos concediera el hermoso regalo de la fe, y con ella, la esperanza.

  • “Pero ahora En Cristo”:

Pero ahora, que “Habéis sido hecho cercanos”, que hemos sido reconciliados con Dios, ya no somos sus enemigos y hemos sido incorporados al pueblo del pacto.

Ahora ya tenemos comunión entre los creyentes, siendo hoy el pueblo de Dios y todo esto por el sacrificio perfecto de Cristo en la cruz del calvario,

Así que, gracias a la bendita sangre de Cristo, ahora tenemos paz, gozo, esperanza, confianza, seguridad, un nacimiento espiritual, una nueva comunidad, la iglesia.

De modo que la esperanza cristiana se fundamenta primeramente en lo que poseemos y segundo en lo que Cristo aun hará en nuestras vidas.

  1. Espera en Dios y confía en lo que Cristo hará.

Sabemos que la obra de Cristo en la vida de su pueblo no está completa, no ha concluido aún, sino que esa obra continua

Y podemos descansar confiadamente en la continuación de esa obra perfecta, porque las promesas de Dios, son fieles para su iglesia.

  • Alma mía ¡Espera en Dios¡

Debemos ordenar a nuestra alma que se acuerde de Dios, y poder tener a Dios en nuestros pensamientos,

Y esto en todos los tiempos, pero mayormente en la angustia, donde es necesario recordar que Dios es fiel y sus promesas también son fieles.

De manera que el consejo de la Escritura es poner nuestra mente en Jesús, tal como lo dice el salmista “Me acordare de ti”

Salmo 42:6  Dios mío, mi alma está abatida en mí;

 Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,  Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Un alma abatida, es un alma angustiada, desesperada que nos debe llevar a pensar en el Señor y su Palabra,

Sobre todo, cuando esa desesperación se acompaña de tristeza al sentirnos inmersos en un mar agitado, con violentas tempestades, que se estrellan contra nosotros.

Y poder en esos momentos, descansar en el Señor

  • Dios mío”

Esta es una expresión que no es pronunciada a la ligera por el salmista, no es una forma de hablar ni un cliché o expresión religiosa

Sino que es una expresión que habla del carácter de Dios, de la forma en que conocemos a nuestro Dios.

Es hacer memoria del Dios de pacto, el que cuida de su pueblo, el que nos tomo como sus hijos. Es recordar la promesa de Dios “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi Pueblo”

Significa, que en esos momentos de mucha tribulación en el alma, nos acordaremos que el Dios creador del cielo y la tierra, es nuestro Dios.

Deuteronomio 26:18  Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión,(C) como te lo ha prometido,

para que guardes todos sus mandamientos;

  • ¿Cómo nos acordamos de Dios?

Tomemos el ejemplo bíblico del profeta Jonás, que se niega hacer la Voluntad de Dios, por lo que llega a su vida una prueba muy dura,

Y cuando Jonás se encuentra justo en el vientre del gran pez, “se acuerda de Jehová”, y busca llenar sus pensamientos de la Palabra de Dios

Jonás 2:7  Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová,

 Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.  

Encontramos a un Jonás que ora para que Dios tenga de él misericordia y le permita seguir adorándole. ¡Un Jonás que se acuerda de Dios¡

Porque reconoce que entregarse a la voluntad humana, caprichosa y necia, y seguir ídolos falsos y vanos, trae muerte y esclavitud

Jonás 2:8  Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.  

Tanto Jonás como todo creyente, reconoce que los ídolos no pueden salvar, no pueden liberarnos,

!No te abatas oh alma mía¡

Porque los ídolos, cual quiera que sea su nombre, matan y nunca dan vida, esclavizan y nunca pueden dar libertad porque esos dioses están muertos

¡Y todo aquel que sigue dioses vanos y les invoca, también está muerto¡

  • ¿Cómo adoramos a Dios?

La mejor adoración que podemos dar a Dios es la obediencia, esto significa, hacer la voluntad de Dios.

Jonás 2:9  Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;

 Pagaré lo que prometí.  La salvación es de Jehová.

Jonás dice al Señor “Sí Señor, haré tu Voluntad” y esta es la verdadera adoración que agrada a Dios, y que debe agradarnos a nosotros,

Al final de la tragedia de Jonás, encontramos a un hombre dispuesto a predicar el Nombre de Cristo, a publicar la gracia divina,

Una  Gracia que no es barata, porque vale la sangre del Hijo de Dios, que fue derramada para salvación de su pueblo, de su iglesia

De manera, que así como Jonás fue liberado del vientre del gran pez, nosotros también hemos sido libertados del poder del pecado y del engaño del mundo

¿Para qué? Hemos sido liberados para adorar a Dios, y la manera más especial de adorarle es proclamando su Nombre a los pecadores como Nínive.

Así que, en medio de la tribulación, oremos para que el Señor nos de vida y fuerzas para cumplir con nuestra gran misión: Proclamar la buenas nuevas de salvación

  1. Espera en Dios porque su misericordia es una promesa firme

No hay día en que amanezcamos sin disfrutar la misericordia del Señor

Salmo 42:8  Pero de día mandará  Jehová su misericordia,

 Y de noche su cántico estará conmigo,  Y mi oración al Dios de mi vida.

Mandará Jehová” es decir, que Dios ha ordenado, ha decretado que no nos falte su misericordia

Y los decretos de Dios son firmes y verdaderos, y nada ni nadie puede anularlos, de manera que, el Señor nos envía su amor día a día

Ante esa maravillosa verdad, todos los hijos de Dios, debemos responder con una adoración que no cesa, con un cántico nuevo por la misericordia cumplida

Y llegar a ser un pueblo que ora en todo tiempo, porque esta es una tarea exclusiva de una iglesia que goza del cuidado de un Dios vivo y verdadero

  • La compasión divina:

La misericordia de Dios siempre está relacionada con la calamidad del hombre, de manera que es una expresión de la compasión divina, hacia nuestra miseria.

Lamentaciones 3:22-23  Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Es tan grande la ingratitud del hombre, su rebeldía a la Palabra de Dios, que se hace merecedor de la ira divina,

Pero es tan grande la misericordia de Dios, que aún no nos consume, sino que cada mañana degustamos de su amor,

Y es así, como el sol sale todos los días, para buenos y malos, y su gracia común nos sostiene aún en medio de la rebelión.

  • ¿Cómo respondemos a la compasión divina?

Debemos responder a la misericordia de Dios con Alabanza y oración.

Salmo 42:8... Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida.

El apóstol Pablo dice “orando en todo tiempo, con toda oración y súplica…” en una comunión constante, permanente con nuestro Dios y salvador,

Pero en esa oración, también elevando alabanza por la gracia y misericordia recibida, sin dejar de ver, todo lo que Dios ya ha hecho por nosotros

Efesios 5:19...cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

Y en medio de la aflicción, esa oración y alabanza debe ser ferviente, para que la gracia divina nos fortalezca y nos permita continuar.

Santiago 5:13  ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

Sea que estemos afligidos, o que estemos alegres, siempre oremos y alabemos al Señor, para que haya gozo y paz en el corazón

  1. Espera en Dios porque Él sacia nuestra sed.

Entre más grande es la adversidad, más grande debe ser nuestra necesidad de estar en comunión con Dios.

Salmo 42:1-2  Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

Así como el agua es una necesidad vital para el ciervo, un simple animalito;  así también lo es la comunión con el Señor, una necesidad vital para el Siervo de Dios.

Espera en Dios !No te abatas oh alma mía¡

Aprendamos del testimonio de nuestro Señor Jesucristo en el Getsemaní, que nos demuestra, que mientras más grande es la agonía, más ferviente es la oración.

Lucas 22:44  Y estando en agonía, oraba más intensamente;

y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

¿Tienes sed de Dios, de estar en comunión con Él? ¿Sentimos tristeza cuando no nos congregamos, cuando no hemos reflexionado en su Palabra?

¡Esperemos que sí! Porque solo Cristo puede saciar toda sed y hambre del alma vacía, ansiosa, desesperada.

Conclusión.

Aprendamos a esperar en Dios, allí en esos momentos que sentimos que el alma se nos derrumba, que estamos por desfallecer,

Sepamos confiar en Dios, porque Él nos librará.

Hebreos 10:23  Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.

Que no nos consuma el dolor y los temores, que la duda no se imponga y nos lleve a tomar malas decisiones porque Dios es fiel y cumplirá su Palabra,

Por lo tanto, mantengámonos firmes en la esperanza que no avergüenza, porque está fundamentada en Cristo y su gran victoria

Y proclamemos a todo el mundo nuestra fe, hablemos de ese maravilloso Cristo que obra en nuestra vida, y trae luz al alma agobiada.

Palabras y frases significativas:

Acordare: zakar (זָכַר, H2142), «recordar, pensar, mencionar». Cuando se usa «recordar» en relación a Dios, tiene que ver con las promesas de su pacto y la consiguiente acción en cumplimiento de dicho pacto.

Acordarse: Este término se aplica a Dios en el A. T., hablando de él de una manera antropomórfica, para designar su fidelidad a las promesas. … para indicar la fidelidad y la lealtad que los hombres debemos a Dios y que es constantemente violada.

(www.biblia.work)

Fuentes consultadas:

Biblias: RVA60, NVI, BLS, PDT, DHH.

El Libro de Salmos, Frans Van Deursen.

El Tesoro de David, Charles Spurgeon.

Condensado de William Gurnall

 

  • [1] Condensado de William Gurnall), El Tesoro de David, Charles Spurgeon, Salmo 42.