Reconocer Que El Señor Es Dios ¡Nuestro Mayor Gozo¡ porque ese reconocimiento no proviene del corazón humano.

Sino que el “gozo” es una palabra maravillosa que debe describir la vida de los creyentes en Cristojesús en cualquier situación que vivamos,

De manera que el gozo se puede definir como, el placer y la bienaventuranza que Dios, en su gracia, nos ha permitido conocerle,

Y ya que, solo por la revelación divina podemos conocer a Dios, el gozo es saber quién es Cristo, y lo que Él ha hecho por nosotros en el pasado,

Pero también el gozo de saber lo que Cristo está haciendo por nosotros hoy  y lo glorioso que nos espera en el futuro, en la persona y obra de Cristo.

En conclusión, podemos decir que este gozo depende del reconocimiento de Quién es Jesús para nosotros, así como Pedro le reconoce ante la pregunta del Señor.

Mateo 16:15-17  El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.(H)

Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Hay un gozo indescriptible de formar parte de esos pocos, que reconocemos que Cristo es el Hijo del Dios viviente,

Y es un profundo gozo, porque ese conocimiento no proviene del corazón humanos, sino que es revelado por el Padre que está en los cielos

Si desea escuchar esta enseñanza, por favor visite https://youtu.be/ct20KnAkROE

Pero si desea profundizar un poco más sobre la persona y obra de Cristo, por favor visite Cristo Me Restaura, Me Guía Y Me Cuida

Versículo de referencia.

Salmo 100:3  Reconoced que Jehová es Dios;

 El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;

 Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

La Escritura nos habla de manera autoritativa, demandando que reconozcamos que el Señor es Dios, que somos obra de sus manos,

Y que por tanto, le pertenecemos a Él, que somos suyos, y todo ello, debe ser un motivo de sumo gozo para todos aquellos que hemos podido creer esa Verdad

El gozo de reconocer que el Señor es Dios

El gozo se encuentra en reconocer que el Señor es nuestro Dios, y la expresión “Reconoced” subraya que a Dios le «conocemos» íntima y personalmente.

Se refiere al gozo de tener un conocimiento que nos lleva a una relación personal con el Dios de nuestra salvación

  1. Reconocer que el Señor es Dios.

Salmo 100:3  Reconoced que Jehová es Dios;

Ilustremos este concepto de “saber que el Señor es Dios” apoyándonos en los siguientes textos del Nuevo Testamento:

  • Reconocer que el Señor es Dios significa rechazar el pecado:

1 Juan 5:18  Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado,

 pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

El apóstol Juan comienza diciendo “sabemos” es decir, que todo nacido de nuevo da evidencia de ser hijo de Dios.

Entonces, la persona que tiene su origen en Dios, puede pecar pero ¡no sigue pecando sin arrepentirse!

Porque el verdadero hijo de Dios reconoce el pecado y lo ve ofensivo, de manera que su condición normal es de resistencia al pecado.

Entonces, todos aquellos que reconocemos que Jesucristo es Dios, somos creyentes que le hacemos lucha al pecado,

Y vivimos en constante arrepentimiento, buscando siempre agradar a Dios con nuestra forma de vivir.

  • Reconocer que el Señor es Dios significa que pertenecemos a Dios

1 Juan 5:19  Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Nuevamente, Juan nos dice que “sabemos”, es decir, que el verdadero cristiano no puede ignorar que está bajo el gobierno de Dios

Porque toda la humanidad está dividida en dos partes: el que pertenece a Dios y el que pertenece al maligno.

 

Y los creyentes verdaderos pertenecemos a Dios; somos de Dios y venimos de Él, vivimos para Él y por Él;

Reconoced que Jehová es Dios,

Mientras que el resto, todos aquellos que no creen, de hecho la gran mayoría, está en el poder del maligno; hacen sus obras y apoyan su causa.[1]

Por tanto, si nosotros reconocemos que el Señor es Dios, esto significa, que sabemos que Dios gobierna nuestra vida porque somos de Él.

  • Reconocer que el Señor es Dios significa que conocemos al verdadero Dios

1 Juan 5:20  Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero;

y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

Otra vez “sabemos”, como creyentes tenemos la certeza que Cristo es el Hijo de Dios, que ha venido al mundo para salvarnos del pecado y darnos vida eterna

Y para hacernos entender que Cristo es el único Dios, que Él es el camino, la verdad y la vida, y que no hay otro Dios

De manera que, en un mundo de engaño y de mentira, Dios se ha revelado en el Hijo de Dios como verdadero.

Y somos dichosos todos aquellos a los que se nos ha concedido saber que el Hijo de Dios ha venido, y que se nos ha dado un corazón nuevo para confiar en Él y saber que es Verdadero

Por tanto, como hijos de Dios, tenemos un maravilloso privilegio: somos guardados de todos los ídolos y las falsas doctrinas, y del amor idólatra a los objetos mundanos,

Porque somos mantenidos por el poder de Dios, por medio de la fe, para salvación eterna. Y a este verdadero Dios debemos dar toda gloria y dominio por siempre.[2]

  1. ¿Cuál es el gozo de reconocer al Señor como nuestro Dios?

El gozo se encuentra a la multitud de bendiciones, de las cuales disfrutamos, por tener ese maravilloso conocimiento de Cristo como nuestro Dios

  • Reconocer al Señor como Dios nos da Identidad.

Salmo 100:3  Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;

 Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

Si nos preguntamos ¿Quién soy? En esta hermosa Palabra, encontramos la respuesta “Pueblo suyo somos”,

Significa que somos la comunidad del “pacto”, formamos parte del pueblo elegido. Veamos lo que dicen los siguientes versículos:

Éxodo 6:7  y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios;

y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.

Nuestro Dios nos afirma que “Ustedes sabrán que Yo soy Jehová” y estas palabras son buenas y consoladoras para nosotros,

Y son palabras que debieran haber reanimado a los decaídos israelitas y haberles hecho olvidar su miseria;

Pero ellos, como el pueblo de Dios ahora, estaban tan absortos en sus problemas que no hicieron caso de las promesas de Dios,

Por tener nuestros ojos puestos en este mundo pasajero, ignoramos la maravillosa promesa de Dios hacia nosotros,

Y nos olvidamos que Él es nuestro Dios, quien gobierna nuestra vida, quien dirige nuestros pasos, y que nuestra realidad está en sus manos todopoderosas.

¡Olvidamos de dónde nos sacó¡ de toda la obra de gracia que ha hecho en nuestras vidas, dándonos un corazón nuevo y una vida transformada

Por tanto, si nuestra memoria retiene la maravillosa Verdad, que el Señor es nuestro Dios, tampoco olvidaremos, que somos hijos del Todopoderoso

Y que ha estado con nosotros en todos los tiempos, en todas las circunstancias, que no nos ha dejado ni nos dejará, porque somos pueblo suyo

  • Somos un pueblo único

Deuteronomio 14:2  Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios,

y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único(B) de entre todos los pueblos que están sobre la tierra.

Desde el momento que Dios nos dio un corazón nuevo, sensible a su Palabra, desde ese momento pasamos a ser parte de un pueblo consagrado.

Somos un  pueblo apartado para Dios, para su servicio y adoración, y para ser testimonio de un Dios Santo.

Pero fuimos escogidos, no por ser los mejores, por tener méritos o porque Dios nos necesitará,

Sino que fuimos escogidos en la gracia divina, en los méritos de Cristo, con el propósito de que fuésemos posesión exclusiva de Él para gloria suya.

Así que no somos cualquier pueblo, somos un pueblo único, somos el pueblo de Dios, somos su iglesia, luz y sal en este mundo.

  • Somos reyes y sacerdotes para nuestro Dios

Apocalipsis 1:5-6  y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.(C)

Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre;(D) a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Este es el inmenso gozo de estar en Cristo Jesús, que ya no somos hijos de Adán sino que, por la gracia divina, somos hijos de Dios,

Y en el infinito amor de Dios a su Nombre, nos ha hecho reyes y sacerdotes, nos ha hecho templo y morada de su Espíritu

Para vivir en una vida de plena adoración a nuestro único Dios, dando gloria a su Nombre Santo,

  1. Reconocer al Señor como Dios nos da sentido de Pertenencia.

Romanos 14:8  Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.

 Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.

Tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor, y esta verdad nos trae el inmenso gozo de saber que no me pertenezco a mí mismo.

  • El gozo de pertenecer al Señor:

Si pertenecemos al Señor significa que ya no tenemos una vida egocéntrica, centrada en nuestra propia voluntad  pecaminosa, que siempre nos conduce a la miseria,

Porque si la salvación dependiera de nosotros mismos, ya no habría esperanza, no habría forma de alcanzar el cielo

O si las luchas contra las fuerzas de la maldad dependieran de nosotros,  no habría esperanza,

El gozo de pertenecer al Señor

Porque no está en el hombre, el poder para vencer al mundo de pecado, a Satanás y sus huestes de maldad, no podría negarme a mí mismo en los deseos pecaminosos.

Solo en Cristo somos más que vencedores y solo en Él está el poder para vencer a nuestros enemigos y sostenernos en pie ante tanta dificultad.

Y si el pago de la deuda por el pecado depende de mí, no hay esperanza, porque yo no puedo pagarlo, no tengo mérito alguno, solo en Cristo es cancelada la deuda del pecado,

O si la protección en esta vida dependiera de mí, tampoco habría esperanza, porque Cristo es el Buen Pastor y nos protege.

Si dependo de mi nunca tendré descanso en mi vida. El verdadero descanso solo se encuentra en Cristo, en su Palabra.

Y es por la gracia divina, que ya estamos en Cristo y ya no nos pertenecemos a nosotros mismos.

  • ¿Qué significa pertenecer a Jesús?

Pertenecer a Jesús significa que cada creyente es unido inseparablemente a Él, por la gracia, por medio de la fe.

Es decir, que ahora somos propiedad de Cristo, Él es nuestro dueño y por tanto, Él es responsable de cada uno de nosotros,

Y le pertenecemos al Señor en cuerpo y alma, en la vida y en la muerte, en lo temporal y eterno.

Esto significa que Jesús es responsable de nuestro ser entero y nos guarda y nos conduce a la gloria eterna de su reino.

De manera que no nos perderemos, que no dejaremos a medias nuestro camino, sino que Cristo nos garantiza, llegar hasta ese glorioso final con Él.

Y esta es una maravillosa verdad que debe llenar nuestro corazón de grande gozo, porque estamos en manos de un Dios poderoso, fiel y eterno.

  • ¿Cuál es el propósito de pertenecer a Cristo?

Recordemos que Adán fue creado con el propósito primario de dar gloria a Dios con todo su ser y su obra,

Pero el pecado anuló ese propósito, llenando al hombre de vanagloria, y solo en Cristo podemos ser restaurados en nuestro propósito original.

¿Cómo podemos vivir dando gloria a Dios? Damos gloria a Dios cuando nuestra alabanza es con deleite, con reverencia,

Salmo 100:1   Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.

Dios debería ser adorado por un pueblo feliz y agradecido, un pueblo siempre alegre por sus misericordias.

Comprendiendo que cantamos a un Dios santo y glorioso, y  no a una persona ni a cosa material, lo que debe llenar nuestro corazón de temor santo y reverente.

Pero también,  damos gloria a Dios cuando le servimos con alegría.

Salmo 100:2  Servid a Jehová con alegría;  Venid ante su presencia con regocijo.

Entendiendo que servir a Dios es un inmenso privilegio, no debe ser gravoso para nosotros,

Sino que, cuando Dios le asigne nuevos privilegios, nuevos proyectos para participar en su obra,

Sintámonos contentos y agradecidos por la oportunidad de servir a un Dios maravilloso, a quien le place tomarnos en cuenta, aún sin ser merecedores.

  • La gratitud de reconocer que el Señor es Dios nuestro

Salmo 100:4-5  Entrad por sus puertas con acción de gracias,

 Por sus atrios con alabanza;  Alabadle, bendecid su nombre.

Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,(A)

 Y su verdad por todas las generaciones.

¿Por qué debe haber gratitud en nuestro corazón al reconocer que el Señor es nuestro Dios? ¿Qué hemos encontrado en Cristo?

Nuestro corazón debe llenarse de gratitud, porque en Cristo hemos encontrado Salvación eterna  y sostenimiento para esta vida temporal

Juan 10:9  Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

Es maravilloso comprender que nuestro Cristo es la puerta que nos conduce al Padre, a la vida eterna, al gozo de su presencia,

Pero también, entender que una vez nos encontremos en Cristo, entraremos en Él y hallaremos pastos

El gozo de reconocer que el Señor es Dios

Esto significa que no nos hará falta nada, siempre habrá sustento material y espiritual para avanzar en nuestro peregrinaje

Y esa gloriosa Verdad, debe llevarnos a abundar en alabanza, siendo Él nuestro único objeto de adoración, porque Él es nuestro Dios

Deuteronomio 10:21 Él es el motivo de tu alabanza;

él es tu Dios, el que hizo en tu favor las grandes y maravillosas hazañas que tú mismo presenciaste.

Por tanto ¡bendecid su nombre”, caigamos de rodillas delante de ese maravilloso Dios y rindamos nuestra voluntad a Él

Y no olvidemos, que el mejor sacrificio de alabanza que podemos dar a nuestro Dios, es una vida de obediencia, porque

“Si me amáis guardad mis mandamientos Juan 14:15”

Conclusión.

El gozo de nuestra alma es inmenso al comprender y contemplar la bondad del Señor a nuestra vida,

Es el maravilloso gozo de contemplar todos sus favores, y misericordias, y la mayor de ellas la salvación,

Porque sólo Cristo es nuestro redentor y nuestro Señor, en Él hoy tenemos identidad, pertenecía, propósito, y gratitud. ¡Aleluya!.

 

[1] Comentario Bíblico Matthew Henry, “1 Juan”.

[2] Ibi.