¡!Bueno Es Dios Al Haberme Afligido¡¡ ante esta exclamación muchos podremos decir ¿Cómo es eso? ¿Cómo ver la bondad de Dios en la aflicción?

Pero esta expresión enfatiza el valor disciplinario que los sufrimientos pueden tener para un cristiano si eso lo lleva a estar más cerca de Dios y de su Palabra.[1]

No obstante, si hiciéramos una encuesta entre creyentes y les preguntaremos acerca de su percepción sobre la aflicción, es posible que la mayoría la vería negativa,

Incluso muchos cristianos quisiéramos que nunca llegue a nuestra vida el dolor, la preocupación ni el sufrimiento

Sin embargo aquí el salmista dice que Dios es bueno y que bueno es habernos afligido, porque la aflicción lo acerca a Dios.

Entonces, el Salmista proclama de modo especial la utilidad excelente de la adversidad y la bondad de Dios al afligirle.

Si usted desea profundizar un poco más sobre el propósito del sufrimiento en la vida cristiana, por favor visite Que El Sufrimiento No Te Detenga!!

¡!Bueno Es Dios Al Haberme Afligido¡¡

Salmo 119:65 Bien has hecho con tu siervo,

 Oh Jehová, conforme a tu palabra.

El salmista reconoce que Dios ha obrado bien con él, que ha sido bueno y que ha cumplido todo cuanto prometió.

Y que esa promesa cumplida se ha dado conforme a la Palabra dada por Dios, entendiendo que la «Palabra» de Dios indica sus pensamientos y voluntad,

Entonces ¿Con quién ha sido bueno Dios? Con su siervo, es decir, con aquel que ha estado sujeto a la voluntad y a las órdenes de su Señor.

Pero si pensamos en un esclavo, este podía someterse voluntaria y amorosamente a su amo, y permanecer en su servicio, aunque No estuviera obligado a hacerlo.

Y es esta relación de amo y siervo libre, la que nos permite encontrar una perfecta descripción de lo que debe ser la relación entre el hombre y Dios.

Sin embargo, cuando las personas piensan en la causa de las aflicciones dicen ¿Por qué me pasa esto a mí? O se preguntan ¿Qué he hecho de malo?

Y la prueba más grande en medio de estas aflicciones es cuando nos dicen ¡Tu tienes un pecado grave y Dios te está castigando¡

O peor aún, hay algunos que culpan a Dios, pensando que Él es malo con ellos, que Dios tiene la culpa de su sufrimiento

Pero el salmista afirma “Señor tú has sido bueno conmigo” y es esto lo que todo creyente debe afirmar, independientemente de lo que  esté viviendo.

  1. Bueno es Dios al haberme afligido¡¡

Preguntemos entonces ¿Qué bien nos ha hecho Dios? y aunque nos cuesta tanto poner los ojos en lo eterno, debemos poder ver cuánto bien nos ha hecho el Señor

Pues nos ha redimido, nos ha justificado, nos ha perdonado, nos ha hecho sus hijos, y todo esto ¡Nadie podía hacerlo¡ solamente Dios y lo hizo por misericordia.

Entonces, nuestras aflicciones no son ajenas al Señor, sino que en medio de ellas Dios está obrando,

Y debemos tener en cuenta, que todo lo que Dios está haciendo, aún en el dolo, es bueno, y todo lo que Él hace es conforme a su Palabra.

Salmo 34:19 Muchas son las aflicciones del justo,

Pero de todas ellas le librará Jehová.

Esa es la maravillosa promesa que tenemos todos los que somos hijos de Dios ¡De todas nuestras aflicciones nos librará el Señor¡

Por tanto, podemos estar confiados, sabiendo que el sufrimiento que llega a nuestra vida siempre viene acompañado de la fortaleza de Dios

  • Bueno es Dios al haberme afligido porque me enseña buen sentido y sabiduría

Salmo 119:66 Enséñame buen sentido y sabiduría,

 Porque tus mandamientos he creído.

El sufrimiento nos enseña “Buen sentido” es decir, cordura, nos da sabiduría, el conocimiento correcto de Dios y de Su obra.

Por tanto, aprendamos a pedir en medio de la aflicción, y de manera especial, sostengamos nuestra fe en los mandamientos perfectos y santos del Señor

Porque, como dice el salmista, “tus mandamientos he creído” en tanto que esos mandamientos son la expresión de su santa voluntad de nuestro Dios

En otras palabras, la Escritura nos dice que con alegría debemos abrazar todo lo que se prescribe en la ley de Dios

Y al mismo tiempo, mostrar nuestro carácter cristiano, manifestando nuestra respuesta ante la adversidad, con docilidad y obediencia.

Porque Dios nos enseña por medio de su Palabra, que es aplicada a todas las experiencias de nuestra vida, y de manera especial, en las pruebas.

  • Bueno es Dios al haberme afligido porque me disciplina.

Salmo 119:67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;

Mas ahora guardo tu palabra.

Es muy probable, que antes de ser humillados por Dios, hayamos andado en muchos caminos de error y desobediencia

Y ahora, gracias a la prueba, podemos decir, Señor camino en obediencia a tu Palabra, en ese sentido ¡La dificultad es más que buena¡

Hebreos 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina,

 Y azota a todo el que recibe por hijo.(A)

Y si soportamos la disciplina del Señor, no hay duda que somos hijos, y nuestra humanidad ingobernable, es sometida mediante la vara

Sin embargo, esta gobernabilidad del Señor sobre nuestra vida, se realiza de diferentes maneras.

Habrá algunos hijos, que el Señor humillará mediante la pobreza, a otros mediante la vergüenza, por medio de la enfermedad, del dolor familiar, de trabajos duros y dolorosos;

Y así, Dios trata con sus hijos según la diversidad de vicios o pecados a los que nos inclinamos, y por los cuales nos dejamos gobernar

Por tanto, es por medio de la aflicción que Dios aparta el pecado que Él aborrece, del alma, a la cual ama.[2]

  • Bueno es Dios al haberme afligido porque me hace crecer

Es después de vivir grandes procesos de dolor, de aflicción y adversidad que podemos ver grandes e importantes cambios en nuestra manera de vivir

Y podemos ver áreas de nuestro carácter,  en las cuales, ahora somos más semejantes a Cristo, áreas que Dios ha purificado y perfeccionado

Enséñame oh Jehová tus estatutos

Más maravilloso aún, podremos apreciar cómo la aflicción ha sido el medio que nos hizo correr a la Palabra de Dios, aprender de la Palabra de Dios y vivir en ella

Entonces, si no hubiera sido por la aflicción, jamás habríamos crecido en conocimiento y obediencia, en sabiduría y humildad, en docilidad y santidad.

Por tanto, al igual que el salmista, podremos decir ¡Bueno es Dios que me ha afligido¡

  1. Dios es bueno y siempre nos hace bien.

Salmo 119:68 Bueno eres tú, y bienhechor;

 Enséñame tus estatutos.

Podemos entender que Dios es bueno, y siempre hace el bien; que Dios es bueno y Dios hace lo bueno

Y entonces, necesitamos conocer la Ley de Dios, sus mandamientos y estatutos, que nos ayudan a vivir en santidad

Romanos 5:3-4 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;

Y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;

En la medida que Dios nos somete a tribulaciones, Él va formando el carácter de Cristo en nosotros,

De suerte tal, que vamos aprendiendo paciencia, perseverancia, fortaleciendo nuestra esperanza en el conocimiento del carácter santo de Dios

Y con ese conocimiento vamos avanzando en nuestra vida de comunión y de santidad, vamos creciendo a semejanza de Cristo.

  • Bueno es Dios al haberme afligido porque me aparta del mal.

Salmo 119:69 Contra mí forjaron mentira los soberbios,

 Más yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

Todos aquellos que se oponen a nuestra fe “Forjan” ataques, mentiras, difamación, burla y todo tipo de daño y humillación contra nosotros

Con el propósito no solo de dañarnos física o moralmente, sino con todo el ánimo de apartarnos del camino de fe que llevamos

Pero a pesar de que nuestro carácter cristiano es forjado por medio de golpes y presión del mundo incrédulo, nosotros luchamos por obedecer la Palabra de Dios

Es por eso que el salmista dice ¡Mas yo¡ es decir, aunque ustedes me ataquen yo persistiré de todo corazón en guardar tus mandamientos,

Y podemos persistir en la obediencia porque, aunque el mundo nos dice mentira, nosotros sabemos lo que Dios dice y eso es lo que hacemos.

De modo que, aunque el creyente sea calumniado, siempre se mantendrá haciendo la voluntad de Dios.

Porque “Si guardamos los mandamientos, los mandamientos nos guardarán en el día de la calumnia y la injuria.” [3]

Por tanto, si el creyente se mantiene en la convicción que el Señor siempre nos hace bien, entonces, debe estar alerta y preparado, esperando que Satanás nos haga mal

  • Bueno es Dios al haberme afligido porque me aparta de la mentira

Bíblicamente podemos entender cómo Satanás forja su estrategia de mentira contra la Verdad de Dios, así tenemos el ejemplo de Adán y Eva,

Génesis 3:1 Pero la serpiente(A) era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer:

¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?

La estrategia de Satanás siempre ha de ser, cuestionar la Verdad de Dios, hacernos dudar del carácter santo y bueno de nuestro Creador

De manera tal, que pensemos que Dios no es tan bueno, que quizá no es tan generoso con sus hijos, y que hay otras opciones de mayor beneficio

Génesis 3:4-5 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;

Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos,

Y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

De esa manera Satanás siembra duda, incredulidad y codicia en el corazón de los hombres, dejándoles cautivos del pecado

Pero más triste aún, con ese engaño Satanás ha alejado al ser humano de Dios, de su Verdad, de Su Voluntad

Es por ello, que la aflicción trae beneficio a nuestra vida, porque por medio de ella podemos acercarnos más a Dios, en dependencia y auxilio seguro

Y aprendemos a discernir la mentira de satanás y del mundo, porque solo en el Señor y su  Palabra, encontramos consuelo, refugio, esperanza y vida

  1. Bueno es Dios al haberme afligido porque aprendo a regocijarme en Su ley.

Salmo 119:70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,

 Más yo en tu ley me he regocijado.

El corazón del incrédulo es insensible y necio, no pueden entender, su corazón está gordo como la grasa, son insensibles espiritualmente

Jeremías 5:21 Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye:

Entonces la pregunta es ¿Cómo se quema la grasa del corazón?

Sabemos que la única manera de tener oídos para oír y ojos para ver, es haber nacido de nuevo, es decir, tener un nuevo corazón que es dado por Dios

Y de esa manera, la necedad del corazón va cediendo al entendimiento, al discernimiento que viene por medio del poder oír la Palabra de sabiduría

De modo, que poco a poco se va alcanzando la madurez espiritual, y la comprensión de la Escritura nos ejercita los sentidos para poder discernir el bien del mal

Por tanto, es a fuerza de oír y practicar la Palabra de Dios, que podemos desarrollar la sensibilidad para discernir entre lo bueno y lo malo.

Y de esa manera el creyente puede “derretir la grasa del corazón” y pasar de una persona necia a una persona sabia, capaz de obedecer la única norma de autoridad y fe

Que es ¡La Escritura! Nuestra guía, nuestra luz, la que nos ilumina el sendero a seguir, y nos aparta de todo mal.

  • Bueno es Dios al haberme afligido y humillado.

Salmo 119:71 Bueno me es haber sido humillado,

 Para que aprenda tus estatutos.

Es gracias a la aflicción que llega a nuestra vida, que podemos llegar a conocer los mandamientos del Señor en ¡Carne propia¡

Porque sin la aflicción, el hombre se considera único, independiente de Dios, que puede caminar sus propios caminos, bajo su propia sabiduría

Salmo 119:72 Mejor me es la ley de tu boca

 Que millares de oro y plata.

Cuando vemos el camino de muerte que conlleva el pecado y la falta de discernimiento, es entonces que podemos considerar un bien la Ley del Señor

A punto tal, que la Palabra de Dios nos resulta mucho más útil y beneficiosa que miles de monedas de oro y de plata.

Bueno es Dios al haberme afligido

Por tanto, como dice el salmista ¡Bueno me es haber sido humillado¡ porque es allí donde aprendemos esa Palabra santa, que ha sido diseñada para nuestra obediencia

También aprendemos, que esa Ley del Señor es un tesoro que debemos guardar, porque ha sido diseñada para nuestra instrucción, para enseñarnos a vivir bien

Finalmente, es en esa humillación que podemos experimentar la bondad del Señor, ver lo que Él ha hecho por nosotros y cuanto podemos aprender del sufrimiento

Conclusión

Bueno es Dios al haberme afligido, porque en esa aflicción aprendemos obediencia, conocimiento de Dios, discernimiento del bien y el mal, nos hace crecer

Y lo más importante, aprendemos a valorar la Ley del Señor, a entender cuán buenos y deleitosos son los mandamientos divinos

Porque comprendemos, que toda la Palabra que ha salido de la boca de Dios ha sido diseñada para hacernos bien, para enseñarnos a vivir y para hacer la Voluntad de Él

Proverbios 8:11  Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;

 Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

Por tanto, el secreto para apreciar la aflicción en nuestra vida, es ver lo que hemos ganado en medio de esta aflicción, y luego preguntar

¿Es más valioso lo que gané que lo que perdí? Esperamos que la respuesta sea, que ha sido mucho más valioso lo que el Señor nos enseñó.

 

[1]Brug, J. F. (1989). Salmos, Volumen 2. (R. C. Ehlke, J. C. Jeske, & G. J. Albrecht, Eds.) (p. 203). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.

[2] J.Mason

[3] Spurgeon