¿Dudando de tu llamado? Dios hace una confirmación del llamado¡! Hemos sido  Llamadosa ser pescadores de almas” y por más que busquemos otro propósito en nuestra vida y ministerio, este es el llamado que nos hace Cristo cuando nos atrae a sus pies.

Pero Él nos hace una  Confirmación del Llamado, y esta confirmación se da cuando las dificultades de la vida nos hacen retroceder  y dudar de que Él está con nosotros y que somos instrumentos en Sus manos. Es allí donde se manifiesta la fortaleza, la perseverancia y el amor a la obra que solo proviene de Él,

Confirmación del llamado de Dios

Durante aproximadamente tres años los discípulos habían caminado con Jesús, habían sido testigos presenciales de sus milagros: sanar enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos, caminar sobre las aguas,

Habían sido instruidos de forma intensa en el Evangelio, pero como Él les anuncio Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersas, la sensación de que todo ha terminado embarga sus corazones, y aunque la victoria esta alcanzada por Cristo, ellos piensan que la misión fracaso,

Ante esto Pedro, Tomas, Natanael, Juan, Jacobo y otros dos  discípulos más deciden volver a lo que eran antes, a su antigua manera de vivir, “la pesca”, considerando inútil continuar con aquello que parece haber terminado.

Ante esta sensación de fracaso que muchas veces nos embarga, consideremos el propósito del libro de Juan:

Juan 20:30-31  Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 

Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Estas son Palabras que nos deben confirmar la razón de ser de nuestros ministerios, de nuestro trabajo en la obra, por difícil e infructífero que de pronto llegara a parecernos ¡Debemos  permanecer en fe!! y recordar que Él nos hará perseverar hasta el final

Y con esa certeza, ser instrumentos en manos de Dios, para que otros crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengan vida en Su Nombre!!           

  • La confirmación del llamado no nos deja volver atrás

Volver a nuestra antigua vida es volver al fracaso. !!Es olvidar que hemos sido Llamados¡¡ Es dudar del poder de Dios para transformar nuestras vidas, es creer que estamos allí por cuenta propia o por llamado de hombre. !!Es Dios quien nos llamó¡¡

Juan 21:1-5    Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.

Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.(A)  Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era JesúsY les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.

Los resultados de esa decisión, de volver a su vida pasada, se  manifiesta en el hecho de que “aquella noche no pescaron nada”. Dar pasos hacia atrás y caminar fuera de la voluntad el Señor siempre nos hará infructíferos¡

Tal como lo expresa la Escritura  en la parábola de la vid y los pámpanosporque separados de mi nada podéis hacer” Y “el que permanece en mi ese lleva mucho fruto«, Solamente en la obediencia al llamado divino encontraremos paz y tendremos verdadera vida.

Jesús les había dicho que permanecieran en Galilea, pero ellos habían vuelto al mar, habían dejado el llamado, habían abandonado la misión, que les fue encomendada en la primera pesca milagrosa que relata Lucas 15:5-11.

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,(C) y su red se rompía.

Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.

Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

El Señor los había Llamado! Ellos no habían llegado a Él por cuenta propia, ni habían hecho todo cuanto hicieron por decisión personal. Por medio de ese milagro les manifestaba Su poder como el Hijo de Dios,

Pedro había reconocido la divinidad de Cristo, y ante Él confeso que era un hombre pecador¡ el Señor los había llamado a la gran comisiónNo temas, desde ahora serás pescador de hombres, y dejándolo todo le siguieron.

Pero ahora al final del ministerio terrenal de Cristo, el temor al fracaso se había apoderado de sus vidas y estaban abandonando su llamado y volviendo a lo que habían dejado por amor a Cristo y a Su obra, y nuevamente aparece la frase “aquella noche no pescaron nada”.

 

Y la expresión de fracaso es externada cuando el Señor “les  dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Juan 21:5”. Es ese sentimiento de estar en lo que siempre hemos hecho y sabemos hacer bien, pero !no¡ no tenemos frutos¡

El Señor hace la pregunta para centrar su atención sobre el hecho de que el retorno de ellos a su antigua ocupación ha sido un fracaso completo. Ellos han fracasado en reconocer plenamente el plan de Dios para sus vidas.[1]

Tú puedes decir, soy un experto en esto, conozco el campo de trabajo perfectamente bien, soy joven, soy fuerte, el mundo está en mis manos y de allí lanzarte a aquella maravillosa aventura, pero,  que por no estar dentro del plan de Dios será un inminente fracaso.

 Es bueno que a estas alturas de nuestro caminar cristiano, podamos hacernos varias preguntas;

  • Primero: Tienes conciencia?

¿Estas consiente quién es el que te ha llamado?, o aún piensas que son cosas de tu corazón, de tu buena intención

  • Segundo: Tienes propósito?

¿Conoces de donde te saco el Señor y el propósito de tu llamado?, aún haces memoria de la vida de dolor y destrucción que llevabas antes de conocer y servir al Señor ¿Por qué y para qué crees que te saco de allí?

  • Y tercero: Tienes fruto?

Si has abandonado tu llamado, ¿Por qué razón lo has abandonado?. Haciendo lo que hoy haces, tienes mejor vida, estás fructificando,?

  • La confirmación de tu llamado proviene de Dios

Dando respuesta a la primera pregunta, tu llamado es divino, Dios te llamo, Padre, Hijo y Espíritu Santo están presentes en ese Llamado. Dios te eligió, Cristo te redimió y el Espíritu Santo te sello como posesión divina, todo para la gloria de Dios.[2]

El hombre no se puede llamar a sí mismo, porque no hay nadie, ni siquiera uno, que busque de Dios, que se pueda acercar a Él. Porque nuestro corazón va continuo al mal, nuestro pensamiento es perverso y egoísta, no puede pensar en otra cosa que no sea el bienestar personal.

De manera entonces, que si estamos en la obra del Señor, le servimos con pasión, amamos la congregación de los santos, y buscamos insistentemente agradarle solo a Él, no hay duda que Él nos llamo¡! No hay duda que tenemos un corazón nuevo y una vida nueva.

Ese corazón nuevo representa nuestro nuevo nacimiento, y esta es una obra divina, que solo Dios puede hacer en el hombre, y lo hace únicamente en sus elegidos, en sus llamados, en aquellos que el atrae para su gloria.

  • La confirmación del llamado lleva un propósito santo

La segunda pregunta: El Propósito de nuestro Llamado, la responde 1 Pedro. 2: 9-10.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,(E) pueblo adquirido por Dios,(F) para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.(G)

Hemos sido llamados de las tinieblas del pecado, de la ceguera espiritual  a su luz admirable, con el propósito de proclamar “las virtudes”  que es Excelencia”, de aquel que nos Llamo: proclamar Su poder, Su gloria, Su gracia y misericordia.

Fuimos constituidos pueblo santo, real sacerdocio, pero no para vanagloria nuestra, no para mostrarnos soberbios y orgullosos, creyéndonos superiores a los demás. Toda esa gracia y misericordia nos fue dada para dar testimonio y gloria a aquel que nos llamo.

El propósito de nuestro llamado al ministerio siempre será la obediencia a la gran comisión. Le damos gloria a Dios cuando nos ocupamos de la expansión de su Reino, cuando somos instrumentos en sus manos para hacer que más lleguen al señorío de Cristo.

  • La confirmación del llamado se expresa en frutos del Espíritu

Y la última pregunta Si has abandonado el llamado  ¿cuál es la razón? Podríamos responder de muchas maneras, según la experiencia que cada uno tenga:

  • Una falsa expectativa

Esperábamos más del Señor y del trabajo que hacemos para Él, esperábamos más recompensa, así como los discípulos de Emaús, que caminaron decepcionados porque creyeron que Jesucristo no era lo que se esperaba (Lucas 14:21).

  • Conflicto entre la voluntad de Dios y la nuestra

Sentimos que Su voluntad no es buena porque no encaja con la nuestra. Porque lo que nosotros consideramos buenos y el deber ser de las cosas, no es justamente lo que Dios permite para nuestra vida y ministerio. Nos parece que las cosas no son como deberían ser.

  • Sentimiento de fracaso ministerial

Una sensación de fracaso, sentirte solo, como Eliseo cuando huía de Jezabel. Un sentimiento de estarnos esforzando mucho pero no obtener los logros esperados. esa sensación de que el ministerio no crece por nuestro mal liderazgo o por falta de habilidades.

  • Acusación del pecado

Tal como cuando Pedro le negó escandalosamente. Sentimos que le hemos fallado al Señor, que no somos dignos de estar en su templo, y menos aún en el altar. Tenemos un pecado que nos asecha y nos acusa y no nos deja avanzar en santidad.

  • Problemas de autosuficiencia

Excesiva confianza en tu talento, tu conocimiento y desarrollo profesional, creemos dominar el entorno dejando de lado a Dios, haciéndonos autosuficientes, haciendo la obra del Señor pero sin el Señor. Creyendo que los frutos ministeriales son nuestros¡!

Pero cualquiera que sea la excusa que tengas para abandonar el ministerio, debes saber, que si es Dios quien te ha llamado, jamás abandonarás¡! Tu alma estará inquieta, sin paz, sin gozo, con dolor por haberte alejado.

Siempre habrá en tu corazón una preocupación constante por las almas, por la predicación de la Palabra, por el servicio dentro del reino. Y todo esto, no es nuestro, eso lo pone el Señor, y son los frutos de su amor derramado en nuestro corazón.

  • Cristo hace una confirmación del llamado a sus discípulos.

Cristo hace una confirmación del llamado ministerial, a sus discípulos y lo hace por medio de un milagro en el que muestra Su soberanía, omnipotencia, omnisciencia, atributos que le hacen Dios

Juan 21:6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.(B)

El Señor había juntado los peces en un lugar, y allí manda a que se eche la red.

En la primera pesca milagrosa fue “Boga mar adentro” o aguas profundas, ahora es a la derecha, esto nos habla de su guianza del Señor en nuestro que hacer ministerial.

De modo que aunque el mensaje proclamado es el mismo: “el evangelio de Cristo según la escritura”, debemos  ser dóciles en los métodos, en las técnicas, en los lugares donde Dios nos guié a aventar la red.

Los discípulo no cuestionaron la orden del Señor sino que actuaron en obediencia, y en Su gracia la obediencia siempre es bien recompensada. Hagamos siempre como el Señor dice

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6”

 Pedro bien pudo haber respondido y «¿a mí quien me va a decir como pescar? si esto  es lo que he hecho toda mi vida y así lo he hecho siempre», pero no, simplemente obedece¡¡ No cuestiona ni pone en duda la orden del Señor. Fueron dóciles.

Recordemos, el Señor siempre tiene algo que decirnos y nosotros siempre tenemos que oírlo y creerlo, para poder obedecer.

Algunas veces los resultados que obtenemos siempre son los mismos porque siempre hacemos lo mismo, ya sea por costumbre, por comodidad, siempre actuamos igual. No damos tiempo a la oración, a la comunión con el Señor, para escuchar lo que tiene que decirnos.

La Palabra de Dios es inmutable, pero los métodos varían, hablando de la pesca, puede ser con anzuelo, atarraya, red, lancha, barco, etc.

El pescador conoce su entorno y la carnada que ha de utilizar, pero en la obra de Dios, el mensaje es el mismo pero la estrategia puede cambiar, debemos depender de Dios para ello, Él sabe lo mejor. No olvidemos que la obra, es de Él

Debemos ser sensibles a la voz de Dios en cuanto a donde ir. Veamos el ejemplo de Pablo en el libro de los hechos.

Hechos 16:6-10  Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;  y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas.

Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.

La expresión «Ayúdanos»  es una expresión de angustia que pide Socorro. Hace referencia a venir en ayuda de alguien. Esta expresión nos recuerda que es por medio de nosotros que es predicado el evangelio. Nosotros somos solo los instrumentos!

Debemos orar de manera que nos movamos donde Dios se está moviendo. Lo importante es estar realmente dispuesto a hacer la voluntad de Dios y permitir con humildad que Él nos guíe.

Nuestra tendencia humana, a veces, es persistir con obstinación en situaciones difíciles, haciendo lo que creemos que debe ser, simplemente porque nos parece bien, ignorando la   posibilidad de que puede ser Dios diciendo: «No».[3]

  • La confirmación del Llamado es Por medio de la revelación: 

Juan 21:7-8  Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.

Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.

Juan es más rápido para entender y Pedro, más rápido para actuar, y los dos se complementan, El Señor ha hecho este milagro, ha venido por nosotros.

El Señor Confirma nuestro Llamado, y lo podemos apreciar por medio de las siguientes acciones:

1. El Señor Confirma Su Llamado: Por medio del cuido a los suyos.

Juan 21:9  Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.

Jesús había preparado un suculento desayuno para sus discípulos, mostrándoles que Él cuida de las necesidades de los suyos. Nos hace saber,  no solamente que  Cristo es el Pan de vida, sino que también en Él tenemos el pan nuestro de cada día.

Muchas veces la provisión llega a ser un impedimento para hacer la obra de Dios, se piensa que el llamado es a morirse de hambre, a vivir en una eterna necesidad económica, pero eso es contrario a Su promesa “el cuida de nosotros” “el proveerá todo lo que nos haga falta”,

Esto no quiere decir que Dios no nos fortalezca en fe por medio de alguna crisis económica, a esto le podemos llamar, crisis que derriban ídolos “dinero, tarjeta de crédito, etc.”

Se oyen testimonios como estos: “no tengo tiempo”, “Y si no trabajo no como”, “usted me va a pagar las deudas”. Olvidamos que la provisión Él, la dará, el ánimo Él lo restaurara, el camino Él lo iluminara. !!Él nos sostendrá¡¡ para que llevemos a cabo su plan divino.

 2. El Señor Confirma Su Llamado: Impidiendo que la red  se rompa:

Los Llamados no se van a escapar, !Dios los llamo, Dios los sostendrá¡. Esta es una verdad divina maravillosa, porque nos mantiene perseverando en fe y con esperanza.

Juan 21:10-11  Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió.

Somos nosotros los mandados a pescar y traer las almas a Cristo, es de Dios ponerlos en el camino y convencerlos de pecado y de la necesidad de la salvación. Lo nuestro es abrir nuestra boca y proclamar, del Señor es dar un nuevo corazón para creer.

Es una salvación que no se perderá, no volverán al mundo y si vuelven será temporal, porque Él se encargará de traerlo de nuevo. Su obra es completa, y su sangre toda suficiente. El Espíritu Santo mora en nuestro corazón y nos lleva siempre a la Verdad.

Juan 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

3. Confirma nuestro Llamado: Por medio de la comunión con Él.

Juan 21:12-14  Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.

Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

Jesús nuevamente hace un milagro de multiplicación, no tomo de los peces que ellos habían pescado, sino el pez y el pan que Él había preparado y se los dio, y comieron todos.

El Llamado encuentra su fuerza en la comunión con Cristo. Por medio de nuestra participación en el Sacramento de la Santa Cena, encontramos una Confirmación de nuestro Llamado reconociendo que es Él quien nos ha plantado en el ministerio

Conclusión,

Podemos decir que de manera constante y por diferentes medios, El Señor hace una  Confirmación del Llamado al ministerio, sea por un milagro, o porque Él se revela a sí mismo; por que tiene cuidado de nuestras necesidades o porque entramos en comunión con Él.

Lo importante, es podamos tener un corazón dócil para escuchar Su voz, para identificarle, como lo hizo Juan, y para obedecerle, sin ninguna reserva.

Estando siempre prestos, como actúa Pedro, a rendirnos a Sus pies, y llenarnos de gozo, cuando sabemos con certeza, que es Él quien nos ha Llamado.

!!A Dios sea la Gloria¡¡

 

[1]Comentario al evangelio de San Juan, WillianHendroksen, pág. 574.

[2] Efesios.1.

[3] Exploremos Hechos, Robert Simons, editorial flet, pag. 162.