Hijos Obedeced En El Señor A Vuestros Padres porque así lo estableció Dios y porque eso traerá bendición a sus vidas

Y este es un maravilloso mandamiento bíblico muy olvidado en la sociedad actual donde la familia es cada vez más moderna

Pero esa modernización aleja la institución de la familia, de la base bíblica y la lleva por senderos de destrucción, desestabilización y confusión

De allí la importancia de volver al principio bíblico de instruir a los hijos en el temor del Señor.

Si usted desea profundizar un poco más sobre la instrucción bíblica para la familia, por favor visite Edificando La Casa Que Mi Familia Necesita

Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres.

No hay duda que si el creyente necesita instrucción sobre el temor del Señor en la familia, la Epístola a los Efesios es un gran recurso en nuestras manos

Porque el tema principal de esta Epístola es la Unidad de la Gloriosa Iglesia de Jesucristo,

La cual es el cuerpo de los elegidos para salvación, y que han sido bendecidos espiritualmente por la obra redentora de Cristo. [1]

De modo que esa gracia abundante dada a la Iglesia, debe verse reflejada en obras que agraden a Dios,

Es decir, obras de la luz, en oposición a las obras tenebrosas que antes practicaban. Ya no participamos de las obras infructuosas de las tinieblas,

Sino que nos gozamos en amar a Dios y a nuestro prójimo, y este amor comienza su expresión en el matrimonio, en el centro mismo de la familia

Porque este es nuestro primer ministerio, donde debemos modelar el amor de Cristo y nuestros hijos ser los primeros testigos de ese modelaje

Y como consecuencia, nuestros hijos serán instruidos en obediencia y honra a sus padres.

Por ello, recordemos que es la gracia de Dios la que capacita al creyente para que libre con gallardía, valor y fe la pelea espiritual contra el pecado, el mundo y Satanás.[2]

Entonces, todos los padres cristianos No podemos dejar de congregarnos, de capacitarnos en el conocimiento del Señor y su Palabra

Porque solo así podremos ser instrumentos de Dios, en la instrucción efectiva de nuestros hijos.

  1. Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres.

Efesios 6:1-3 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. (A)

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (B)

La iglesia y los padres deben ser valientes para asumir la responsabilidad, delante de Dios y de nuestros hijos,

Para enseñar y practicar los principios bíblicos que nos permitirán edificar familias temerosas del Señor

Y poder así, hacer efectiva la obediencia y honra de los hijos a sus padres, tal como lo demanda la Escritura

Es así, como podemos constatar, que son dos cosas las que demandan Dios para los hijos:

  • Hijos ¡Obedeced¡ en el Señor a vuestros padres.

Lo primero que el Señor demanda a nuestros hijos es ¡Obediencia¡ pero la pregunta es ¿Qué significa obedecer?

Significa oír con la atención de un subordinado, de manera que la obediencia tiene implícito el concepto de ¡Autoridad¡

Entonces ¿Qué es un subordinado? Significa estar «bajo» la autoridad de una persona, y por tanto, un subordinado no es un igual;

¿Por qué? Porque un subordinado no goza de la misma jerarquía que su superior, en ese sentido, los hijos No son iguales a los padres,

Aún cuando esto nos parezca bastante duro, pero los padres tenemos autoridad sobre los hijos, y en consecuencia, ellos están abajo, en jerarquía.

Esto significa que los hijos ¡No pueden tratar de tú a tú a sus padres¡ aún, cuando delante del Señor, todos somos iguales.

Y esto es bien difícil de sostener en un mundo gobernado por la anarquía, donde todos quieren establecer su propio orden

Pero la Escritura es clara al demandar obediencia a los hijos y poner en una jerarquía superior, en autoridad, a los padres.

  • Honra a tu padre y a tu madre

Lo segundo que Dios demanda a los hijos, es la honra para sus padres, y la pregunta es ¿Qué significa honra?

Significa enseñar a los hijos a ¡Apreciar¡ a los padres, a comprender que ellos son un regalo de Dios para sus vidas y que no pueden ser menospreciados

Pero esta honra se enseña, y es responsabilidad de los padres hacerlo saber a nuestros hijos

Sobre todo en una sociedad que se niega a reconocer autoridad, que quiere vivir sin ley, en completa independencia.

  1. Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres ¿Por qué?

Para comprender la necesidad de la obediencia y la honra a los padres, es preciso conocer cómo era la sociedad de aquellos tiempos,

Y cómo es la sociedad hoy en día, porque no hay diferencia, pese a la distancia histórica,

Sin embargo, es necesario reconocer que estas sociedades emanan de un corazón no regenerado, salen de un corazón malo, un corazón con el cual nacimos todos

Y por tanto, así nacieron nuestros hijos ¡malos¡ por naturaleza, y necesitan ser ayudados, instruidos y capacitados en la obediencia al Señor y a los padres.

  • El ser humano por naturaleza es ¡Malo¡

2 Timoteo 3:1-3 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

Sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

La Escritura es enfática cuando nos dice que ¡También debemos saber esto¡ ¿Qué es lo que debemos saber?

Que habrá tiempos peligrosos, que llevaran a nuestros hijos a la rebeldía, a la desobediencia, al desenfreno y aborrecer lo bueno

De modo que serán sociedades donde no habrá hijos compasivos, sino que serán crueles y se dejaran dominar por sus propias pasiones, amando más los deleites que a Dios

Y todo esto debe ser motivo de suficiente aflicción en el corazón de los padres, de manera que seamos movidos a la instrucción bíblica diligente para nuestros hijos

Sin conformarnos, ni estar esperando que la iglesia o las escuelas hagan la tarea que solo corresponde a ¡Los padres¡

Y esto, si no queremos tener hijos que cumplan con todas esas características descritas tan claramente en las Escrituras.

  • El ser humano por naturaleza se aleja de Dios

Romanos 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios,

Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

Claramente, la Escritura nos dice que los hombres  “No aprobaron tener en cuenta a Dios”, ellos decidieron que no valía tomar en cuenta el conocimiento de Dios.

Eso significa que en todas sus decisiones, en la elección del camino a andar, en la determinación de cómo vivir

Las personas, por su propia naturaleza caída, escogen vivir para sí mismos y no para la gloria de Dios

Y en consecuencia, Dios los entrega a una depravación mental, para que hagan todo lo que no deben hacer.

Romanos 1:29-31 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;

Llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

Entonces, como padres ¡No nos avergoncemos de enseñar a nuestros hijos el Evangelio¡ porque en él hay poder de Dios para salvación.

Y para ello necesitamos ser padres valientes, determinados, firmes para enseñar a nuestros hijos Quién es Cristo y cuál es Su obra redentora.

  1. Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres ¿Cómo?

Romanos 1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

La ira de Dios cae sobre todos los seres humanos que No siguen la Verdad de la manera en que Dios se la ha revelado.

Y esto nos deja ver la gran necesidad que los padres tenemos, de enseñar a nuestros hijos la Verdad de Dios, tal como lo establece la Escritura.

  • ¿Qué hacer con los Hijos? Instruirlos en el Evangelio.

Romanos 1:16-17 Porque no me avergüenzo del evangelio,

Porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Como padres No podemos desechar el Evangelio ni menospreciar su enseñanza, porque el Evangelio salva y santifica,

Por tanto, es urgente que todos los padres tomemos conciencia de enseñarlo a nuestros hijos, porque es una cuestión de vida o muerte.

Jesucristo es el Evangelio

Además, no podemos negar que solamente el conocimiento de Cristo nos ha de permitir vivir en armonía en nuestro hogar,

Una armonía que empieza en los esposos sujetos a Cristo, amando a su esposa y la esposa respetando a su esposo,

Para luego edificar la armonía con nuestros hijos, enseñándoles la obediencia y la honra  en el Señor, a sus padres.

Entonces ¡No nos avergoncemos de enseñar el Evangelio a nuestros hijos¡

  • ¿Qué hacer con los hijos? Enseñar obediencia.

Efesios 6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,

Porque esto es justo.

Debemos enseñar a nuestros hijos la obediencia a los padres ¡Porque esto agrada al Señor¡ dice la Escritura ¡Porque esto es justo¡

Y esa obediencia significa enseñar a nuestros hijos a “escuchar” con atención total y responder de manera positiva a lo que se escucha.

Esto significa entonces, que los hijos deben colocarse por debajo de las palabras y la autoridad de sus padres. (John MacArthur).

Por tanto, el obedecer a los padres implica el escuchar con atención constante; no sólo obediencia en acción, sino disposición de acoger el consejo,

Es decir, considerar las palabras de dirección que se han recibido para luego dar forma al propio curso de vida bajo la dirección aceptada de las mentes más maduras de los padres

Y para poder lograr eso, los Padres debemos educar, edificar, formar a nuestros hijos en la fe cristiana, en el conocimiento bíblico, en la vida santa.

Sin olvidar que, como padres, nuestra fuente de conocimiento es Dios, su consejo divino, expresado únicamente en las Escrituras.

Porque solamente así, podremos instruir a nuestros hijos en esa maravillosa Verdad divina, que transforma vidas y hará vivir a nuestros hijos para la gloria de Dios

  • ¿Qué hacer con nuestros hijos? Entrenarlos para obedecer.

Es urgente, que los padres enseñemos a nuestros hijos a ¡Respetar autoridad¡ y debemos enseñarlo desde las edades más tempranas

Proverbio 22:6  Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

¿Encontramos en este texto, una declaración de fe o un mandamiento o responsabilidad paterna?

Pues encontramos una demanda de Dios para los padres ¡En ningún momento es una promesa¡ sino una orden de trabajo del padre en el hijo

Porque si a los hijos no se les enseña a respetar a sus padres, tampoco respetaran a Dios y la desobediencia a Dios y a su Palabra,

El no haber honrado a Dios y obedecido su Palabra, es justamente lo que nos trajo todo este mal en que nacimos y en que vivimos.

Por lo tanto, es responsabilidad de los padres enseñar a sus hijos la obediencia y el respeto hacia ellos desde la más tierna edad.

Porque el niño, aún antes de aprender a hablar o caminar, debe percibir que en su casa hay autoridad, y que esa autoridad está representada por sus padres.[3]

  1. Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo

Es tan común escuchar a los hijos hablar irrespetuosamente a sus padres, los miran sin respeto insubordinándose abiertamente a todo lo que les dicen,

Los menosprecian e imponen su propia opinión y sus propios derechos, lo que es un reflejo claro, de que los padres No estamos haciendo nuestra tarea de instrucción

Es por ello, que la Escritura se declara contra tal conducta, diciendo: “Hijos, obedeced a vuestros padres, honrad a vuestros padres y vuestras madres,

Tratadlos con respeto y reverencia, demostradles que sabéis vuestra posición y lo que significa”.

  • ¿Por qué la obediencia a los padres es “justa”?

Efesios 6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,

Porque esto es justo.

Esto es justo, significa que esta acción de obediencia es básica, es fundamental, es parte del orden de la naturaleza, entonces hijos ¡No se aparten de eso!

Porque si lo hacen, están negando su cristianismo y negando a Dios, porque Él es quien estableció la vida de esta manera

Y la hizo funcionar según estos principios. La obediencia es justa”.[4] Este es el orden natural de la creación

Donde, Dios es cabeza de todos,  el hombre es cabeza de la esposa, y papa y mama, procrean, cuidan, educan, forman a los hijos para la gloria de Dios.

De modo, que si se rompe ese orden divino ¡Todo se rompe¡ todo se vuelve un caos, desde la vida individual, hasta la familia y toda la sociedad

Es por ello que vivimos en un mundo caótico, donde cada quien quiere ser aquello para lo cual No fue creado,

Y en consecuencia, sufrimos personalidades distorsionadas, familias deformes y sociedades convulsionadas.

  1. Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres, porque hay promesa

Dios mismo estableció este orden de obediencia y honra para los padres, al establecer los Diez mandamientos, y más aún, este es el primer mandamiento con promesa,

Efesios 6:2-3 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Ésta es una de esas leyes divinas que, cuando se descuidan, llevan al colapso de la sociedad.

Porque, nos guste o no, la desobediencia de este mandamiento lleva al colapso de la vida familiar,

Y si la familia colapsa, más temprano que tarde, pronto llegará el colapso a todas partes, y esta es la cusa del profundo desplome de la sociedad actual

Porque si es imposible la obediencia y la honra a los padres, el hombre y la mujer quedan desprovistos  de toda otra lealtad.

Probablemente, esa sea la razón por la cual Dios le agregó una hermosa promesa, a la obediencia y honra a los padres.

Entonces, si un hijo o una hija,  quiere vivir una vida bendecida, una vida plena bajo la bendición de Dios, simplemente debe obedecer este mandamiento.

Y Dios puede elegir mantener a este hijo, largo tiempo sobre esta tierra como un ejemplo y una ilustración,

Pero sea cual fuere la edad que tengamos cuando partamos de este mundo, sabremos que estamos bajo la bendición y la mano buena de Dios…[5]

  • ¿Es imposible obedecer y honrar a los padres?

Por naturaleza propia del ser humano, que siempre se inclina al mal, se encuentra incapacitado para cumplir plenamente la Ley de Dios,

Pero para ello contamos con la maravillosa Gracia divina, que nos capacita para hacer todo aquello que es imposible para nosotros.

Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres

Es por ello que la Escritura nos dice que solamente “En el Señor” es posible que los hijos obedezcan y honren a sus padres

Porque solamente con el poder de Cristo en nosotros, es posible ser un hijo diferente que aprecia y valora a sus padres de tal manera, que les obedece

Y esto trae a la vida de los hijos gran gozo, placer y bendición abundante de Dios, y a los padres nos da el privilegio de ver fructificar a nuestros hijos,

Por tanto, no nos avergoncemos de enseñar el Evangelio a nuestros hijos, llevémosles al conocimiento de la Verdad, de la Persona de Cristo y su preciosa obra.

Conclusión.

Lucas 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.(H)

Los hijos deben estar ocupados en las cosas del Señor desde la más temprana edad para que vayan comprendiendo y viviendo la sujeción a sus padres

Y si así lo hacen, entonces, al igual que nuestro Señor, nuestros hijos crecerán en sabiduría, conocimiento correcto de Dios

Pero también crecerán en gracia para con Dios, pues sus vidas serán agradables delante de Él, aprenderán a vivir para la gloria de Dios

Y además, crecerán en gracia para con los hombres, comenzando en casa, viviendo en obediencia y honra para los padres.

Por tanto ¡Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres¡ porque eso es justo y les hará gozar de la maravillosa bendición divina.

 

 

[1] Comentario a los Efesios, Pr. Julio Benítez, pág. 14.

[2] Comentario a los Efesios, Pr. Julio Benítez, pág. 14.

[3]– Himitian, J. (2006). El Proyecto del Eterno (p. 273). Buenos Aires, Argentina: Editorial Logos.

[4]La teología de la Familia, Chapell Library, pág. 423.

[5]La teología de la Familia, Chapell Library, pág. 424.