¿Qué es más fácil: perdonar pecados o hacer milagros? es una pregunta que nos puede hacer dudar en su respuesta

Marcos 2:9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico:

Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?

¿Qué es más fácil perdonar pecados o hacer milagros?

Cuando pensamos un poco, sobre esta pregunta del Señor Jesús, nos sentimos tentados a responder

que es más fácil decir «tus pecados te son perdonados«, pues nos parece que esto no implica mayor demostración de poder.

Mientras que pensar en hacer un milagro, nos da la impresión que se requiere mucho poder, del cual no contamos,

y que sería muy osado de nuestra parte ofrecerlo. Esto, a excepción de aquellos que se creen muy dotados de fe,

De aquellos que se consideran muy espirituales y que pueden ofrecer milagros a todo aquel que lo necesite,

argumentando luego, que si el milagro no se realiza, es porque le falto fe al enfermo, más no, poder de ellos.

Más sin embargo, esta situación está tan lejos de ser verdad!

Este argumento es una mentira, un engaño del pecado, del cual debemos tener mucho cuidado!

¿Qué es más fácil: perdonar pecados o hacer milagros?


Para dar una respuesta necesitamos discernir lo que solo es potestad de Dios y lo que es potestad del hombre

  • El perdonar pecados solo es potestad de Dios

Si bien es cierto obrar un milagro No es tan difícil, pues hasta satanás los puede hacer¡

Y aquellos que manipulan la mente lo pueden hacer

o aquellos que echan mano de todo tipo de artimañas y medios, también lo pueden lograr.

Pero el milagro del  perdón de pecados es algo que solo Dios puede hacer!!

No hay hombre sobre esta tierra, ni fuera de ella, que pueda obrar el milagro de la justificación en nosotros, ni darnos un nuevo nacimiento.

El nuevo nacimiento;

Para ser perdonados necesitamos creer, y solo podemos creer si nacemos de nuevo, tal como se lo dijo el Señor Jesús a Nicodemo,

y esto no significa nacer nuevamente de un vientre materno, cosa que es imposible¡

Nacer de nuevo va más allá del acto físico de nacer.

Para creer en Jesús necesitamos el milagro del nuevo nacimiento, en el que Dios nos da un corazón nuevo

Un nuevo corazón con capacidad para creer y acercarnos a Él.

Este poder creador se encuentra solo en Dios. Es el poder de hacer una nueva creación, redimida en el sacrificio de Cristo

  • El perdonar pecados es una acción de Justicia divina

Una vez hemos nacido de nuevo, y tenemos ese nuevo corazón sensible a la Palabra de Dios

Ya podemos tener la capacidad para reconocer el pecado y movernos al arrepentimiento,

Y entonces pasamos a la necesidad de ser cubiertos con la justicia de Cristo. Necesitamos ser justificados¡¡

Necesidad de la justicia de Cristo

Entonces nos preguntamos ¿Por qué necesito ser justificado? lo necesitamos porque somos culpables,

porque sin Cristo somos declarados «condenados» y nos hacemos merecedores del sufrimiento eterno

El impacto del pecado

¿Y por qué soy culpable y estoy condenado? porque he pecado,

y  el pecado es transgresión a la Ley de Dios, y todo aquel que  trasgrede la Ley es digno de juicio y debe pagar.

Sino, solo pensemos, que sucede cuando no respetamos un «Alto» en la carretera,

Inmediatamente la infracción ocurre, la Ley nos impone una esquela que debemos pagar,

porque hemos transgredido la ley! y esto es así cuando bien nos va.

De otra manera ese irrespeto a la ley de transito, nos puede llevar a chocar con otro vehículo, lo que nos acarrearía perdidas materiales;

sino, podríamos arrollar a una persona, causando daños a terceros, y en el peor de los casos, podríamos morir nosotros mismos.

De manera entonces, que una transgresión a la ley siempre nos traerá perdida, destrucción y muerte,

!cuánto más si transgredimos la ley de Dios.

Transgredir la Ley de Dios, nos hace merecedores de condena,  y está no hay hombre alguno que la pueda evitar.

Cuando violamos la Ley de Dios, somos culpables, y la culpa y el pecado nos destituyen de la Gloria de Dios.

Nos incapacita para acercarnos a Dios y restablecer nuestra relación con Él.

  • Perdonar pecados es una acción de reconciliación

Si hemos pecado, si hemos transgredido la ley de Dios, si el pecado nos mantiene separados de Él,

no hay duda que necesitamos ser reconciliados con Dios,

y esto solo es posible a través de Jesucristo, cuya misión en este mundo es librarnos del poder destructor del pecado.

Reconciliados con el Padre

Si vemos la situación que nos describe Marcos 2, podremos darnos cuenta de lo importante que es, para el Señor Jesús, llevarnos a la reconciliación con el Padre,

pues antes de obrar el milagro de sanidad física, primero obro el milagro espiritual.

Este milagro espiritual no es una sanidad física, no es que le sana de su parálisis espiritual, pues el pecado no nos enferma.

El pecado nos mata, nos destruye a nosotros, a nuestros seres amados, el fruto de nuestro trabajo y nuestra relación con Dios.

El pecado tiene el poder de  destruirlo todo!

Cuando Adán y Eva pecaron, inmediatamente sintieron vergüenza y culpa,

y se escondieron de la presencia de Dios, destruyendo así su relación con Dios.

Antes del pecado ellos se deleitaban en la comunión con su Creador, pero ahora, se esconden.

Reconciliación consigo mismo y con el prójimo:

El miedo que sintieron de presentarse ante Dios, destruyó la relación del hombre consigo mismo y con su prójimo.

Cuando Dios confronta a Adán y Eva, comienzan a culparse entre ellos.

Adán le responde a la confrontación del Señor, con  «esta mujer»  que al final de cuentas  «Tú me diste«,

El hombre justifica su caída en la mujer que antes había sido «hueso de sus huesos» Ahora era la responsable de su pecado.

Y por su parte Eva se justificó con un «es que la Serpiente me engaño«, Y así el pecado destruye la relación con mi prójimo;

Así empieza una lucha de poderes entre los matrimonios, una discordia constante que nos separa

y que no nos permite hacernos responsables de nuestro propio pecado.

Comienza esa «lucha de géneros» que hasta el día de hoy vivimos

Reconciliación con la tierra:

Y finalmente «la tierra producirá espinos y cardos«, destruyendo el fruto de mi trabajo,

Romper esa relación con la tierra, produce en nosotros un alma insaciable, eternamente insatisfecha.

!El pecado lo destruye todo¡ y por eso necesitamos el poder de Cristo para ser rescatados de él y ser reconciliados.

!perdonar los pecados es el verdadero milagro¡


El verdadero milagro que obro Jesús en este paralítico fue darle vida nueva.

pues este hombre, además de estar paralítico, estaba muerto en sus delitos y pecados.

No estaba paralítica su alma o su espíritu. Estaba muerto¡! Necesitaba vida¡!

  • Da nueva vida:

Cuando el Señor Jesús le perdona sus pecados, inmediatamente  le da un corazón nuevo, un corazón de carne,

Un corazón sensible para poder creer en Él, y con esa fe, poder ser limpio de su pecado,

y entonces, poder reconciliarse con Dios, consigo mismo, con su prójimo y con la creación.

el perdón de pecados nos da vida nueva

Y este es el problema que nos genera el pecado. Nos separa de Dios, y nos entrega a nuestra propia concupiscencia,

Nos entrega a la idolatría de nuestro corazón, a la inmundicia de nuestra mente pervertida,

y de todo esto solamente el poder de Jesucristo nos puede librar.

  • perdonar los pecados, es la tarea que solo Jesucristo hace posible

Veamos con detalle la respuesta del Señor:

Marcos 10:45 «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,

y para dar su vida en rescate por muchos

Jesucristo es el cordero de Dios, que fue sacarificado de una vez por todas, para salvarnos de nuestro pecado,

un pecado que nos esclaviza y nos impide reconocer la Santidad, la Justicia y la Soberanía del Dios que nos creo, a Su imagen y semejanza.

Para que en el cumplimiento de su mandato: «creced y multiplicad», pudiéramos los hombres multiplicar la imagen de Él, de generación en generación.

La realización de este mandato ha sido imposibilitado por el pecado.

La sangre de Cristo es toda suficiente

Cuando Cristo muere en la cruz del Calvario, Su sangre derramada fue y es todo suficiente para cubrirnos

y limpiarnos del pecado que nos destruye y nos aleja de Él.

Con Su muerte injusta, rescato a los injustos de la muerte eterna, de la condenación eterna, del fuego eterno¡

Cristo nos rescato del pecado que condena!

el perdón de pecados nos libra de condenación

Es así, como podemos responder a la pregunta del Señor ¿Qué es más fácil decir?

y nos damos cuenta, que es mucho más fácil obrar el milagro de sanidad física,

porque el milagro de una nueva vida, es imposible para el hombre obrarla.

Solo la muerte de Cristo

Este milagro de un nuevo corazón, solamente es posible a través de nuestro buen Señor Jesucristo.

Solamente Él nos puede dar nueva vida porque solamente Él podía morir por nosotros

y con la muerte de Cristo, ser libres del dominio del pecado en nuestra vida.

Y solamente Él podía hacerlo, porque solamente Él es completamente santo, sin pecado, puro y sin mancha,

de manera que solo Él podía satisfacer las demandas de justicia del Padre.

La paga del pecado es muerte, y si tu y yo tenemos vida, es porque otro murió en nuestro lugar.

El perdón No es gratis

Ser perdonados de nuestro pecado no ha sido gratis, ni fácil, ni sencillo.

El Padre eterno, tuvo que entregar a su Hijo eterno, para pagar por nuestra injusticia, nuestra transgresión, nuestra culpa y condena.

Y cuando vemos lo profundo del amor de Dios es que nos damos cuenta de cuán profundo es el problema del pecado

y ante ese conocimiento entendemos por qué debemos doblar nuestras rodillas para pedir misericordia y ser librados de su atadura.

Conclusión:

El perdón de pecados es el milagro más grande en la historia del hombre pecador, del hombre que lo perdió todo en el Edén

Y es un maravilloso milagro que solo Cristo puede realizar, pues es una obra sobrenatural!

No existe poder humano que pueda librar al hombre de su propia maldad, solo el amor del Padre expresado en la muerte de Cristo