¿Quisieras Borrar Tu Pasado? Son muchas las ocasiones en las que nuestro pasado nos acusa, nos hace volver y nos ancla el alma en sentimientos que ya no quisiéramos vivir. Nos hace permanecer en condición de dolor y amargura.

Pero ¿Cómo podríamos Borrar nuestro pasado? ¡Es imposible¡ pues es parte de nuestra vida y experiencia. Pero la buena noticia es que si podemos Borrar el dominio que el pasado tiene sobre nosotros. Borrar esos sentimientos que nos oprimen.

¿Quisieras borrar tu pasado? 


Y ¿Cómo podemos hacer eso? De la misma forma que lo hizo el rey David: Confesando delante de Dios nuestro pecado, y el pecado de otro que haya sido depositado en nosotros, como en el caso de haber sido abusados.

Para que esto sea efectivo, solamente es posible si reconocemos que todo lo que hoy vivimos y somos, es producto de nuestros errores de ayer, de nuestras malas decisiones, malas acciones, malas actitudes. ¡Que todo es producto de mi pecado!

Bajo muy pocas acepciones esto no será así, pero entonces, recordar el pasado no causará estragos en nosotros, sino por el contrario, podremos gozarnos al ver el propósito divino cumplido en nuestra vida. Veremos hacia atrás, y veremos la bondad de Dios.

En esta ocasión estudiaremos el Salmo 51 en tres partes, formando una serie, de las cuales esta es la primera.

Este salmo pertenece a uno de los siete salmos denominados “Penitenciales” y contiene una oración en la que el salmista pide a Dios piedad a raíz del pecado cometido cuando se llega a Betsabe en franco adulterio.

La estructura de estos salmos es “oración y ruego”; “confesión y pecado”, de esa forma dividiremos la exegesis del salmo en tres puntos principales, Confesión, Restauración y Compromiso.[1]

¿Puede la Confesión Borrar mi pasado?.

Debemos preguntarnos ¿Qué he de confesar? Para ello es importante aceptar las consecuencias que el pecado produce en nuestras vidas.  Cada vez que actuamos fuera del orden divino, fuera de la Ley de Dios, no hay duda, que tendremos que pagar las consecuencias.

Confesar:

De allí la importancia de confesar delante de Dios nuestro pecado, nuestras iniquidades, nuestra rebelión, con el propósito de arrepentirnos y reconciliarnos con Dios.

Arrepentimiento:

Será el verdadero arrepentimiento el que nos moverá a ser honestos con nosotros mismos y con Dios, y en ese arrepentimiento, clamaremos por su perdón. Un perdón que traerá paz a nuestro corazón y nos hará avanzar.

Reconciliación:

Avanzaremos en la reconciliación con nosotros mismos y en la reconciliación con Dios, de manera tal que cada vez que recordemos el ayer y todas las transgresiones cometidas, tendremos la certeza de que Dios, ya nos perdono,

Y si Él ya nos perdonó, nosotros también  podremos perdonarnos a nosotros mismos.

Petición:

Así nos presentaremos delante de Dios, con una doble petición: Que borre nuestras rebeliones y que nos limpie cada vez más, para poder presentarnos delante de Él y ser escuchados.

¿Cómo clamar a Dios para borrar nuestro pasado?

Debemos clamar a Dios apelando a su misericordia, a ese favor inmerecido fruto del grande amor de Dios por sus hijos, y debemos clamar para que Él nos lave y nos limpie.

1. Una petición de piedad para que borre nuestras rebeliones.

Salmo 51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

El salmo inicia con una oración en la cual David pide que Dios tenga piedad de él, para que la bondad de Dios se incline hacia él, para que Dios se mueva a favor de él, y esa piedad está fundamentada en la misericordia de Dios,

  • Un clamor por la misericordia divina

Ya que David peco horriblemente al llegarse a Betsabe y querer ocultar su pecado asesinando a Urías, esposo de ella,  y pensando que todo estaba en secreto.

En base a sus actos merecía la muerte tal como de su misma boca lo expreso ante el profeta Natán,

Pero pide conforme a la misericordia divina, reconociendo que es en la multitud de las piedades de Dios que son borradas nuestras rebeliones,

La palabra Borrar tiene varias aplicaciones entre ellas deshacer, destruir, enjugar, exterminar, fregar, limpiar, llegar, quedar, raer, tuétano,

De modo que esa misericordia fruto de su amor por nosotros va a destruir, va a limpiar, va a raer, va a llegar a la fuente del problema.

Tal como lo expresa la Palabra misma, su limpieza llegará hasta los tuétanos,

Pensaríamos que solo es borrar el pecado, pero la acción de Dios va mucho más allá, llega hasta su causa, hasta las raíces de aquello que nos lleva a transgredir su Palabra, su nombre que es Santo.

  • Un clamor para que Dios borre nuestras rebeliones:

David dice borra mis rebeliones”, entendiendo que la rebelión es una «transgresión que conlleva una culpa de haber ofendido a Dios y que por lo tanto merece el castigo divino».

Básicamente, este término de transgresión indica descarriarse voluntariamente del camino de una vida santa y por tanto caer en «rebelión».[2]

Si nos remontamos al contexto histórico en el que se dan los acontecimientos del pecado de David en ningún momento podríamos decir que el no conocía la Ley, que no se le advirtió de que Betsabe era una mujer casada.

!Todo esto lo sabía muy bien David¡¡ Pero él hizo a un lado todas las llamadas de atención y voluntariamente decidió rebelarse contra Dios y su Palabra

Y haber ignorado a Dios le llevo a cometer pecado de adulterio, de asesinato sobre Urías heteo, y se dejó llevar por la pasión carnal, ¡El pecado gobernó a David¡

Parecía que aquello había quedado en secreto, pero Dios que es Santo, Omnisciente  y Justo determina sacarlo a luz para bien del mismo David,

Ya que el pecado es como gangrena que si no se ataca cobrara cada día más fuerza, sumiendo siempre en la miseria al pecador. Así, el clamor ha de ser ¡Ten piedad Señor y borra mis rebeliones¡

Ese clamor lleva implícita la confesión del pecado, el reconocimiento de la transgresión hecha, y el arrepentimiento genuino, de manera que el favor de Dios, se derrame sobre nosotros.

2. Una petición de ser lavado y limpiado para borrar el pasado

Salmos 51:2  Lávame más y más de mi maldad,Y límpiame de mi pecado.

¡Lavar así como se lava la ropa¡ David pide que Dios lo lave más y más de su maldad entendiéndose, por el paralelismo sintético, como: ser limpiado del pecado proveniente de la naturaleza adámica con la cual todos nacemos

Ese pecado que mora en nuestra propia naturaleza, solo por la gracia divina puede ser limpiado, solo con la bendita sangre de nuestro Señor Jesucristo puede ser borrado,

De modo que encontramos aquí, de manera implícita, una Cristología: Solo Cristo puede limpiarnos, y David lo reconoce y hace esa petición.

Y además encontramos una referencia al proceso de santificación progresiva en el “lávame más y más de mi maldad”. De manera que reconocemos, que dejar el peso del pecado no será de una sola vez, sino por el contrario, será un proceso que durará toda la vida.

Ambas peticiones cuya respuesta solo se encuentra en la Voluntad de Dios, solamente serán efectivas si se acompañan de tres acciones básicas, que nos corresponde a nosotros hacer:

¿Qué más debemos hacer para borrar nuestro pasado?

La mayor parte siempre es hecha por Dios, y de nosotros es  Reconocer nuestra rebelión, Reconocer que nuestro pecado ofende a Dios y nos aleja de Él y de manera especial, reconocer que el hombre no puede por sí mismo borrar su pecado

1. Reconocer nuestra rebelión.

Salmos 51:3  Porque yo reconozco mis rebelionesY mi pecado está siempre delante de mí.

  • Reconocer nuestro pecado

Un punto importante en el camino de santificación es continuamente reconocer nuestro pecado, David lo oculto durante mucho tiempo  tal como lo expresa en otro salmo penitencial

“Sal 32:3-4  Mientras callé, se envejecieron mis huesos   En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;  Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah”

  • Reconocer el impacto del pecado

Y deja ver que su pecado siempre está ante su vista, no se borra de su mente, hay una acusación por el pecado cometido. Hay un tormento constante, no hay paz en el corazón, no se puede dejar atrás el pasado.

Cuán importante es reconocer nuestro pecado delante del Dios Omnisciente¡ Cuando lo ocultamos nos hacemos mucho daño, es un acto que constantemente consume nuestra vida.

2. Reconocer que el pecado siempre es contra Dios.

Salmos 51:4  Contra ti, contra ti solo he pecadoY he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.

Este verso es un paralelismo progresivo en el cual David afirma y reafirma que el pecado es siempre en primera instancia contra Dios, la versión DHH lo traduce de la siguiente forma:

(DHH C* 2002*)  Contra ti he pecado, solo contra ti, Haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu sentencia es justa, Irreprochable tu juicio.[c]

Pecar es errar, es descarriarse del camino de santidad, es hacer lo que claramente Dios dice que no se haga y que por lo tanto lo condena, y como Dios legislador  su sentencia siempre es justa.

Nunca Dios comete injusticia al condenar al pecador, es el hombre el que ha pecado, Dios no puede pecar Él es infinitamente santo.

3. El hombre no puede Borrar su propio pecado

Es decir, debemos reconocer La incapacidad total del hombre para salvarse a sí mismo, para librarse de su propio pecado, para acercarse a Dios y pedir su pronto auxilio.

!El hombre es incapaz de liberarse de su propia destrucción.¡

Salmos 51:5  He aquí, en maldad he sido formadoY en pecado me concibió mi madre. (Jer 2001*)  Mira que nací culpable, pecador me concibió mi madre.

  • Nacemos en pecado:

El hombre es pecador por nacimiento, no es que en el camino se convierte en pecador. En el camino perfecciona el pecado con el cual nació¡

Algunos haciendo una mala exégesis de este versículo dicen que el nacimiento de David fue fruto de un adulterio, ¡esto no es lo que está diciendo el versículo 5

Este texto expone una de las doctrinas de la gracia llamada “Incapacidad total” o “doctrina de la depravación total”,

Esta doctrina establece que el hombre por naturaleza caída no puede hacer nada agradable ante los ojos de Dios ya que de su corazón perverso sale todo tipo de maldad que contamina su vida y su entorno.

  • Solo Dios nos libera del pecado

De ahí la urgente necesidad de ser buscados por Dios, y ser hallados por Él. Cuán importante es reconocer que solo la Sangre de Jesucristo nos pude limpiar, puede borrar todas nuestras iniquidades y borrar en nuestro corazón, las causas que nos llevan a pecar.

Solo Dios salva, solo Cristo nos redime y solo su Santo Espíritu nos puede convencer de tan hermosas Verdades, llevarnos al arrepentimiento y acercarnos al Dios de nuestra Salvación.

  • Solo Dios nos santifica:

Vamos a concluir la primera parte de esta serie, reconociendo la naturaleza Santa de Dios:  !¡ Dios ama la verdad en lo íntimo.!¡

Salmos 51:6  He aquí, tú amas la verdad en lo íntimoY en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

David peco en lo íntimo de su corazón, pero Dios ve en lo íntimo, tal como dice el Salmo 139:1-4.

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 

Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

  • Dios examina nuestro corazón

Dios nos examina en todo nuestro andar. Nuestros caminos son por Él conocidos, igual que nuestras palabras aun antes de pronunciarlas, Él lo sabe todo,

Y de sus hijos demanda pureza de vida que de lo interior se refleje a lo exterior, no un fariseísmo clásico sino una vida cristiana autentica.

 

 

 

[1] Comentario Bíblico Mundo Hispano, Salmo 51, Esword.

[2] Diccionario VINE  AT, Esword.