Seguir A Cristo ¿Cuánto Cuesta?  Y sabemos que la vida cristiana no es fácil, pero tampoco lo es la vida de mundo, con sus muchos fracasos y sufrimiento

De manera que podemos decir que el éxito es costoso, en cualquier campo, pero el que esté dispuesto a pagar el precio puede alcanzarlo.

Por ejemplo, el pianista de conciertos tiene que esclavizarse a su instrumento, debe estar sentado delante de él cuatro horas cada día cinco días a la semana.

Y el científico tiene que vivir para su trabajo; el filósofo tiene que dedicarse a pensar, y el académico a sus libros.

De manera que el precio para alcanzar el éxito puede parecer excesivamente caro, pero hay muchos dispuestos al sacrificio porque consideran que la recompensa vale la pena.

Entonces, debemos saber que las leyes del éxito espiritual operan en el más elevado campo del alma y que la grandeza espiritual tiene su precio.

Si desea escuchar esta enseñanza, puede visitar https://youtu.be/W3eBmsr4K2g

Pero si desea profundizar un poco más sobre la vida con Cristo, puede visitar Vanidad De Vanidades, Será Que ¿Todo Es Vanidad?

¿Cuánto cuesta seguir a Cristo?

No podemos olvidar que la salvación es un regalo de Dios, la recibimos por la gracia que es en Cristo, por medio de la fe en Él.

Sin embargo, debemos estar consientes que  vivir la vida cristiana en medio de un mundo caído, demanda un alto precio que pagar,

Pero que es un precio que vale la pena pagarlo por amor a Cristo y por amor a su iglesia, incluso por amor a nosotros mismos,

Y esto es necesario que lo comprendamos bien, porque hay algunos que no han entendido bien las doctrinas de la gracia divina, y piensan que es licencia para seguir pecando,

¡De ninguna manera¡ la Biblia no dice nada de esto, porque el nacido de nuevo, ama la vida de santidad y da testimonio de ser un hijo temeroso de Dios.

  1. ¿Podemos seguir a Cristo como lo seguían las multitudes?

Lucas 14:25  Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:

Mientras el Señor caminaba y enseñaba, siempre era acompañado por sus discípulos y seguido por grandes multitudes,

Pero es necesario que conozcamos algunas características de esas multitudes: eran, y siguen siendo, grandes grupos de personas atraídas por los milagro,

Es decir, personas fascinosas, interesadas en un bienestar egocéntrico, esperando que el Señor haga todo cuanto ellas quieren, pero sin ver al Dios de los milagros.

Además, son personas a quienes les gusta esconderse en medio de la multitud y pasar desapercibidos, a manera de no comprometerse con la fe

De manera que no expresan interés en la Palabra de Dios, en sus mandamientos y demandas.

En otras palabras, a las multitudes les encanta ser entretenidos pero nunca ser edificados, y siguen a Cristo pensando en satisfacer sus intereses mundanos y no los de Dios.

Por tanto, se hace necesario que nos preguntemos, si formamos parte de esas multitudes o realmente somos discípulos de Cristo

  • Seguir a Cristo es un llamado a salir de las multitudes:

Lucas 14:26  Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas,

y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.(D)

Es por eso que el Señor dice “si alguno viene a mí” que no es más que un llamado divino a las multitudes, para venir a Cristo,

Ahora bien, no podemos olvidar que solo viene a Cristo,  el que cree en Cristo como Señor y Salvador de su vida,

Y los que creen en Cristo, son los que por la gracia divina han comprendido el Evangelio de Cristo, de manera que vendrán a Él en arrepentimiento, reconociendo su miseria espiritual.

Entonces, “Venir a Cristo” denota una acción continua y repetitiva, que la hacemos hoy, mañana y todos los días de nuestra vida debemos venir a Cristo.

Porque todos los días pecamos, todos los días ofendemos a un Dios infinitamente santo, y necesitamos volver a Cristo en arrepentimiento para ser limpiados en nuestro caminar.

  • Seguir a Cristo es un llamado al compromiso radical.

Lucas 14:26  Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida,

no puede ser mi discípulo.(D)

Seguir a Jesús requiere un compromiso radical, no es un compromiso a medias, para cuando tenemos ganas o nos sentimos de ánimos.

¡No¡ seguir a Cristo significa ser un discípulo de Él, alguien que pone su pensamiento y esfuerzo en Él, que cree en Jesús y donde Él es el centro de su vida,

Pero esto solo es posible si “aborrecemos a padre, madre, hijos, hermanos, etc.”, lo que se hace necesario entender con mucho cuidado,

Porque el Señor en ningún momento viola su propia Ley, en la cual nos ha mandado a honrar a padre y madre, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos,

¿Cuánto cuesta seguir a Cristo?

Entonces ¿Qué nos quiere decir el Señor con que aborrezcamos a nuestro hermano?

El término “Aborrecer” enfatiza la demanda radical al discipulado y no quiere decir que un discípulo de Cristo tiene que abandonar el hogar, la familia, las propiedades o el trabajo;

Sino más bien, significa que, seguir a Cristo es hacer de Él nuestra la principal prioridad, amarle más a Él que a nuestra propia familia, y estar dispuestos a seguirle.

  • Seguir a Cristo es un llamado a la prioridad:

Ya dijimos que “aborrecer a nuestro hermano” no significa violar el quinto mandamiento, ni abandonar a los hijos, a la esposa o el hogar,

Sino que este término de “aborrecer” nos hace un llamado a, amar más a Dios que a nuestra propia familia,

Mateo 10:37  El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;

Si logramos hacer de Cristo nuestra prioridad, entonces seremos dignos de Él, merecedores de ser llamados sus discípulos

Entendiendo que un discípulo ya no vive para sí mismo, sino para Cristo y para su obra, lo que demanda nuestro trabajo y esfuerzo:

2 Corintios 5:15  y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Cuando hacemos de Cristo nuestra prioridad, estamos exponiendo nuestro compromiso de discípulos, dejando la vida egocéntrica y vana, centrada en nuestras necesidades

Y Cristo pasa a ser el centro de nuestra vida, disponiéndonos a vivir todo tipo de sufrimiento que nos venga a causa del Nombre de Cristo

  • Seguir a Cristo es un llamado a una nueva vida:

1 Pedro 4:2  para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.

Si amamos a Cristo y estamos dispuestos a seguirlo, viviremos nuestra vida terrenal No satisfaciendo las pasiones humanas, sino cumpliendo la voluntad de Dios.

De manera que dejamos atrás nuestra antigua forma de vida, y ahora vivimos para Dios, en una vida santificada, agradable para Él.

Así que es bueno preguntarnos: ¿Vivimos para Cristo o vivimos para nosotros mismos? ¿Es Cristo el centro de nuestra vida, o seguimos siendo nosotros mismos el centro de atención?

¿Amamos a Jesús más que a nuestra propia vida egoísta, y más que a nuestra familia?

Es necesario que respondamos de manera honesta, cada una de estas preguntas, porque de ello depende, el ser dignos discípulos de Cristo.

  1. ¿Cuánto cuesta seguir a Cristo? El deber de llevar la cruz.

Lucas 14:27  Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo

¿Qué significa “Tomar la cruz y seguir a Cristo? Esta es una acción propia del verdadero discípulo y significa ¡Sacrificio¡

De manera que el camino del discípulo es el camino de la cruz, viendo esa cruz como un instrumento de sacrificio y muerte

Y de la misma forma que Cristo tomo la cruz y se dispuso a morir en ella por amor a su iglesia, llevando todo nuestro pecado

De igual forma, nosotros somos llamados a llevar esa cruz, presentándonos como un  sacrificio vivo y agradable a Dios

  • Tomar la cruz de Cristo:

Romanos 12:1   Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,

santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”

Somos llamados a ser un sacrificio continuo, diario y voluntario para Cristo, y ese sacrificio se expresa en sometimiento a la voluntad del Señor.

Y es allí, donde podemos decir, con paz en el corazón, ¡Hágase Tú voluntad¡ con la plena convicción que eso, es lo mejor para nuestra vida y para la obra del Señor.

Para ello, es necesario saber negarse a sí mismo, y eso significa “desconocerse a sí mismo” y la pregunta es ¿A qué nos negamos?

Debemos negarnos a todo aquello que es desagradable para Dios, a todo aquello que no le glorifica y que en consecuencia, no es de bendición para nuestra vida espiritual.

Pero llevar la cruz, también significa una vida de servicio a Dios y su obra, ser útiles para Dios dando testimonio con nuestra vida de entrega.

Hechos 9:15-16  El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste,

para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

Tener este conocimiento, de lo que significa llevar la cruz de Cristo y ser su discípulo, nos sirve para ser cristianos firmes,

De manera que cuando venga la tempestad a nuestra vida de fe, no volvamos atrás, y no pensemos que el mundo es menos difícil que ser discípulo de Cristo

¡Porque jamás es así¡ el mundo es destrucción y muerte, física y espiritual, y la vida con Cristo, es sufrimiento que edifica y santifica.

  1. Lo que cuesta seguir a Cristo ilustrado con dos ilustraciones.

El compromiso radical que significa seguir a Cristo, es ilustrado con dos analogías: primero con un hombre que construye una torre, que el alguien que edifica,

Pero también es comparado con un rey que va a la guerra y se enfrenta a un fuerte peligro, que a primera vista lo pone en desventaja ¿Qué significa esto?

  • El compromiso radical significa edificar:

Lucas 14:28-30  Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?

No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,

diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.

Levantar una obra, como este hombre que se dispone edificar una torre, significa que el compromiso de seguir a Cristo, demanda trabajo, inversión, cooperación, información

Es por eso, que la Escritura hace una sugerencia: es necesario sentarse primero y calcular los gastos, detalles constructivos, arquitectónicos, acabados, los costos de cada cosa.

Y con toda esa información, considerar si puede terminarla.

El llamado del Señor

Eso mismo debemos hacer, cuando decidimos seguir a Cristo, es necesario que consideremos todos los sacrificios que implica la vida cristiana,

Así como la renuncia a la vida propia, a la seducción del mundo e incluso, la renuncia a nuestra propia familia por amor a la obra del Señor.

  • El ejemplo de Nehemías:

Este símil que pone el Señor de la edificación de una torre, nos  trae a memoria la obra de Nehemías en la reconstrucción de la muralla y  las puertas de Jerusalén,

Recordemos que Nehemías oró durante mucho tiempo, cuatro meses, pidiendo el favor de Dios para esta tarea,

Y sabemos que Nehemías estaba en al plan de Dios, porque lo bendice con los recursos que necesita para realizar toda esa gran obra

Pero la oposición es algo con lo que debemos contar, siempre se presentará y se tiene que enfrentar,

Y con esa oposición viene también la burla, la calumnia y la murmuración; y luego la debilidad y el desanimo del pueblo que también se hace evidente,

Pero Nehemías tenía una característica muy importante ¡era un hombre de oración¡ y ante cada acción de los enemigos del proyecto de Dios, clamaba por la ayuda divina,

Y es así, como al final terminan la muralla en un tiempo record y el gozo se hace evidente porque la obra se terminó,

Donde los recuerdos de los días difíciles hacían más fuerte la felicidad de saber que Dios nunca los abandonó en ese esfuerzo.

Y con esta experiencia bíblica, confirmamos que la vida con Dios tiene un costo alto en este mundo caído

Pero el final siempre será glorioso, y aun en medio de toda oposición la victoria está garantizada en la persona y obra de Cristo.

Porque si Cristo nos ha llamado, nos ha dado un nuevo nacimiento, jamás nos quedaremos a medias, sino que terminaremos la tarea a la cual hemos sido llamados.

  • El peligro que acompaña el compromiso de seguir a Cristo:

Lucas 14:31-32  ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero

y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?

 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.

Aquí encontramos un rey que va a la guerra, y la sugerencia es, que se siente primero y considere si puede hacerle frente a alguien que es más poderoso que él,

Pues el enemigo viene con veinte mil hombres, mientras que el rey solo cuenta con diez mil. De manera que si considera que no puede hacerle frente, entonces será mejor que  pída condiciones de paz.

Esto nos recuerda que estamos en una batalla diaria, constante contra un enemigo que a nuestros ojos, parece muchos más fuerte que nosotros,

Porque nos encontramos luchando contra nuestra propia naturaleza caída, nuestro propio pecado, con las asechanzas de Satanás y contra un mundo incrédulo y perverso

Es así como nos parece una guerra en desventaja y nos vemos tentados a querer hacer la paz con el enemigo

Pero ¡Eso no es posible¡ porque toda amistad con el mundo y el pecado, es enemistad con Dios; y tampoco podemos dar marcha atrás o ignorar esa guerra,

  • Ante el peligro de seguir a Cristo ¿Qué podemos hacer?

Para poder mantenernos firmes en esa batalla diaria y constante, debemos oír y obedecer la Palabra del Señor,

Y mantenernos haciendo memoria de Quién es Dios, el Todopoderoso, el eterno, infinito y sabio Dios,

De manera que, lo que es imposible para los hombres, para Dios no lo es, porque todas las cosas son posibles para Dios.

¿Estamos dispuestos a seguir a Cristo? Entonces tengamos la plena convicción que el Espíritu de Dios nos ayudará.

Y renunciaremos al mundo y a la carne sin un suspiro; lucharemos contra nuestras lujurias y las venceremos por medio de la sangre del Cordero.[1]

¿Cuánto cuesta seguir a Cristo?

Así que, no dudemos que  el poder del Espíritu Santo nos mantendrá firmes, peleando día a día esa batalla, para no traer vergüenza a la iglesia y deshonrar el Nombre de Dios

No sea que nos acontezca como a la esposa de Lot, que con añoranza miró atrás, y se volvió estatua de sal (Génesis 19:26)

Donde el castigo la alcanzó a ella porque sus afectos pertenecían a Sodoma, y no al Dios de su salvación.

Conclusión.

Seguir a Cristo no es fácil ni es juego de niños, sino que demanda un compromiso radical de parte nuestra,

Pero en el camino de la cruz, que acompaña al discípulo de Cristo, siempre encontramos la gracia divina que nos fortalece y el Espíritu Santo que nos guía y sostiene.

Por tanto, no dudemos en librar esa buena batalla, porque en Cristo siempre seremos victoriosos!!

Palabras y frases significativas:

Discípulo: mathetes, lit: aprendiz (de manthano , aprender; de una raíz math̑ , indicativa de pensamiento acompañado de esfuerzo), de los que creían en él y confesaban su nombre.

Digno de mi: áxios; merecedor, comparable o apropiado (como atrayendo alabanza):- digno, justamente padecer, merecer.

 

[1] Calculando los Gastos, C. H. Spurgeon, pág. 14.