Cristo ¡Nuestro Consuelo¡ Una realidad maravillosa para todos aquellos que hemos creído y somos seguidores de Jesús

Entendiendo que ser cristiano es ser un discípulo de Jesús, donde confiamos solo en Cristo para nuestra salvación,

Y es aquí donde encontramos nuestra seguridad en esos momentos de tribulación, de igual forma que la encontraron los discípulos cuando el Señor anuncio su partida

Justo en ese momento que Jesús está a punto de ser entregado para su muerte en la cruz, donde sería juzgado y martirizado

Juan 14:16-18  Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Ante la realidad dolorosa que le deviene al Señor, sus discípulos entran en una profunda ansiedad, una sensación de quedar “huérfanos”, sin guía ni dirección.

Pero Jesús les consuela, tanto a sus discípulos como a nosotros,  dando tres maravillosas promesas que nos sostienen como su iglesia amada:

  • Jesucristo ruega al Padre por su iglesia,
  • La presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros y nos guía a la Verdad
  • Y que Jesús vendrá por nosotros.

Y es en esas maravillosas Palabras de nuestro Señor, donde debemos encontrar consuelo cuando nos sentimos solos y atribulados.

Si usted desea profundizar un poco más sobre las promesas para la iglesia de Cristo, por favor visite Las Promesas De Dios Y Nuestra Lucha Personal Por Alcanzarlas.

Cristo ¡Nuestro Consuelo¡

Dios no solo prometió consolar a los creyentes en el futuro, cuando nos encontremos en la gloriosa presencia de Él

Sino que también Dios prometió consolar a la iglesia en las pruebas y dificultades de la vida presente.

Es así como encontramos en el capítulo 14 de Juan, que el Señor busca llevar consuelo a sus discípulos, que estaban confundidos y angustiados por la eminente partida de su Maestro.

Y no solo eso, sino que una vez el Señor ya no estuviera a su lado, todos los discípulos vivirían un mundo de convulsión, persecución y muerte

De modo que Jesús busca consolar el corazón de sus seguidores, dejando en manifiesto el amor perfecto y completo que nuestro Cristo tiene por la iglesia

Pero aún, es más maravilloso contemplar esta acción consoladora del Señor Jesús, porque Él también tenía aflicción en su alma mientras pensaba en sus discípulos.

Pues en ese proceso de redención de su iglesia, Jesucristo sufriría lo más doloroso de todo su ministerio terrenal ¡La separación temporal del Padre¡

¿Por qué? Porque en la cruz, Cristo cargaría con todos nuestros pecados, haciéndose Él mismo pecado, por lo que la Ira del Padre es descargada sobre Él

Ante lo cual, escuchamos el clamor desgarrador del Hijo en la cruz ¡Padre por qué me has abandonado¡

Y esta es una separación dolorosa que vive Cristo, porque la Trinidad jamás se ha separado,

Pero al mismo tiempo, es allí donde se obtiene la victoria más grande para la humanidad redimida: la victoria sobre la muerte, el mundo de pecado y sobre satanás.

  1. Cristo ¡Nuestro consuelo¡

Salmo 23:4  Aunque ande en valle de sombra de muerte,

 No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

 Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Este es el consuelo que el Señor nos brinda cada vez que el cristiano se encuentre en “valles de sombra de muerte

Pues nos da la certeza que no se llenará nuestro corazón de temor ¿Por qué? Porque jamás nos faltará la dirección y el cuidado personal de nuestro buen Señor,

Siempre tendremos la vara de la disciplina amorosa del Señor, cada vez que nuestro pie resbale.

Y tendremos también el cayado del Señor, que nos atrae en amor, cada vez que perdemos el camino.

  • Cristo nos consuela ante los que nos aborrecen.

Salmo 86:17  Haz conmigo señal para bien,

 Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados;

 Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.

Jamás faltará la enemistad entre el mundo y la iglesia de Cristo, de allí que abunden los enemigos de los hijos de Dios.

Pero aún, cuando esos enemigos sean muchos, la presencia del Señor estará siempre con nosotros, y esa presencia la verán todos aquellos que nos aborrecen,

Y si el Señor está con nosotros No habrá poder humano que nos pueda hacer frente, y aún cuando nos hagan caer y nos causen dolor ¡No nos vencerán¡

¿Por qué? Porque el Señor ha prometido sostenernos, defendernos y levantará nuestra cabeza ¡Por amor a Su Nombre¡

  • Cristo nos consuela con su misericordia

Salmo 119:76  Sea ahora tu misericordia para consolarme,

 Conforme a lo que has dicho a tu siervo.

No hay consuelo más grande para la vida del creyente que tener la certeza que pese a nuestro pecado, No tendremos el castigo que merecemos

¿Por qué? Por la misericordia inmerecida del Señor, que siempre nos alcanza, nos limpia y anima a seguir en una vida de obediencia a su Palabra.

  • Cristo nos consuelo por medio de Su Palabra:

Salmo 119:81-82  Desfallece mi alma por tu salvación,

Más espero en tu palabra.

Desfallecieron mis ojos por tu palabra, Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

No hay consuelo mayor, en momentos que el alma está atribulada, que acudir a la Palabra del Señor, meditar en ella y encontrar el consuelo que necesitamos,

Porque es en la Palabra de Dios donde encontramos la Verdad que ilumina nuestro entendimiento, la luz que abre nuestros ojos y nos permite ver para comprender.

De modo, que la Palabra de Dios se convierte en nuestro consuelo, trae convicción al alma y seguridad en este peregrinaje doloroso de este mundo caído

  • Cristo nos consuela en nuestros mayores temores

Salmo 56:3  En el día que temo, Yo en ti confío.

Todo ser humano alberga temores, algunas veces muy profundos, que traen ansiedad al alma y nos hacen dudar.

Pero al igual que el salmista, el creyente puede decir ¡Señor yo en ti confío¡ porque tenemos la plena seguridad, que nuestra realidad está en las manos de Dios.

  • Cristo nos consuela por medio de Su Iglesia

2 Corintios 1:3-5  Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, Para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,

Por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo,

Así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

Todo creyente recibe consolación en medio de las tribulaciones, y esa consolación que recibimos, nos sirve para consolar a otros.

Y de esa manera, la iglesia se convierte en una fuente de consolación para aquellos creyentes que están viviendo angustia y aflicción.

Lo cual es maravilloso, porque nos enseña que todo lo que el cristiano vive, siempre le ayuda a bien, en tanto que le capacita para ser instrumento de bendición a otros que sufren.

  • El Espíritu Santo también nos consuela

El Espíritu Santo, el Consolador divino, también consuela a los cristianos

Juan 14:16-17  Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;

Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Es un privilegio único y maravilloso, exclusivo de los hijos de Dios el poder contar con el Espíritu Santo como consolador del alma atribulada,

Y claro está por las Escrituras, que “el mundo no le puede ver ni le conoce” pero los hijos de Dios tenemos el Espíritu de Dios morando en nosotros.

Con lo cual, contamos con la ayuda necesaria para vivir en la Verdad, en obediencia a la Palabra, con sabiduría y temor de Dios para vivir santamente.

  1. Cristo nuestro consuelo seguro !Porque Él es Dios¡

Juan 14:1  No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

Nuestra fe ha de estar puesta en Jesucristo, y si no queremos tener el alma turbada, necesitamos “Seguir creyendo en Dios, y para ello necesitamos, seguir creyendo en Jesús”

Y el consejo de la Palabra es, que si ya estamos turbados, por las diferentes circunstancias de la vida, es preciso que ¡Paremos¡ que dejemos de tener el alma agitada

Entonces, el pensamiento de este texto no es, “no comencéis a turbaros”, sino “dejad de estar turbados”, o “no se turben más vuestros corazones” [1]

La fe que lucha, de la tempestad a la calma

En ese sentido, el Señor no solamente expresa un deseo piadoso o una expresión de aliento, que a alguno les puede parecer vacía.

Como si el Señor estuviera diciendo “no te preocupes, todo saldrá bien” que son las expresiones normales que solemos escuchar en momentos de dificultad,

Pero cuando es Jesucristo quien nos dice “no se turbe vuestro corazón” está expresión adquiere otro carácter, porque se fundamenta sobre bases solidas.

¿Cuáles bases? En el hecho que esas Palabras provienen de Dios mismo, que nos exhorta a poner nuestra fe en Su Persona y en Su obra.

  • Nuestra fe puesta en Cristo:

Cuando el Señor nos exhorta diciendo “Creed en mí” se refiere a poner nuestra confianza en Él pero de una manera continua

Aunque los discípulos creían de verdad en Jesús, su fe estaba comenzando a tambalearse a raíz de las dificultades que enfrentaban como resultado de la partida del Señor

Pues ahora veían el arresto y la crucifixión del Señor, y parecía que Él ya no estaría más con ellos, dando la impresión que todo se desvanecía.

Pero no solo eso, porque ahora también enfrentarían la persecución, amenazas a muerte, la presencia de un traidor, la negación de Pedro, etc.

De allí que el Señor les anima a ¡No dejar de creer en Él¡ que pese a las dificultades y a la realidad que se presente ante nuestros ojos ¡Sigamos creyendo¡

Salmo 27:13  Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová

 En la tierra de los vivientes.

Es justamente en la tierra de los vivientes donde experimentamos la bondad del Señor, es aquí en este mundo corrompido que necesitamos confiar en la bondad del Señor

Pues de lo contrario, al igual que los incrédulos ¡Desmayaremos¡ pero tenemos la plena convicción que la presencia del Señor está con nosotros y nos fortalece.

  • Nuestra fe sostenida por Cristo

Marcos 5:35-36  Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo:

Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?

Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 

Nuestra realidad es que agonizamos, igual que la hija de Jairo, y más aún, llegan voces a nuestros oídos diciendo ¡No molestes más al Señor, no hay nada más que hacer¡

Y es allí donde sentimos que nuestra fe ya no alcanza, la mente se nos turba en gran manera, el alma se nos agita y parece que perderemos la vida

Pero es en ese momento que el Señor viene a nosotros con palabras firmes y de consuelo seguro ¡No temas, cree solamente”

Y si es Palabra de Dios, lo nuestro ha de ser ¡Creer¡ lo demás le pertenece al Señor, Él sabe lo que hará, y cualquier cosa que haga, ha de ser buena y necesaria para nuestra vida

¡Ese es nuestro maravilloso consuelo¡ Nuestra vida le pertenece a Dios y es Él quien la guía, la conduce, la sostiene y nos hace perseverar hasta el final.

  1. Cristo nuestro consuelo ¡Él piensa en nosotros¡

Juan 14:2  En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

En medio de la tribulación encontramos consuelo al saber que el Señor ha preparado para todos sus redimidos, un lugar especial

Y no es un lugar preparado en cualquier lugar, sino que nos tiene preparado un espacio especial en el paraíso, el lugar donde reina Dios, en la intimidad del cielo

Justo en un lugar donde ya no existe el poder destructivo del pecado, donde las ideologías malignas de este mundo No pueden llegar, donde Satanás No tiene lugar.

¡Este es un profundo consuelo para el corazón cargado del creyente¡ porque ya tenemos seguridad de, hacia donde vamos.

  • Una seguridad eterna:

Lucas 23:42-43  Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Si bien es cierto que hay temor a la muerte, pues fuimos creados con un hálito de eternidad, aún así, encontramos consuelo cuando tenemos la certeza de nuestro destino final

Porque así como el Señor confirmo a uno de los ladrones que le acompañaban en la cruz, así nos confirma a nosotros que en esos momentos finales, nuestro destino es seguro

De modo que, si lo que agobia nuestra alma, en las circunstancias difíciles que estemos viviendo ahora, es nuestra posible muerte física,

Entonces, encontremos el consuelo en las Palabras del Señor “de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”

Y de ese modo, la paz y el gozo serán restaurados en nuestro corazón, y nos mantendremos creyendo que la Voluntad de Dios es perfecta para nuestra vida.

  1. Cristo nuestro consuelo porque Él vendrá por Su iglesia

Juan 14:3  Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Encontramos un profundo consuelo cuando entendemos que este mundo es perecedero, que no puede ofrecer un lugar de vida para el creyente,

Y entonces sabemos que toda tribulación o ansiedad que podamos estar viviendo ¡Pronto pasará!

Porque el Señor vendrá por su iglesia, nos perfeccionará por medio del sufrimiento y luego nos llevará a permanecer con Él, en la gloria del Padre.

  • El Consuelo de tener a Cristo

Encontramos consuelo de saber que Cristo es el camino,  la Verdad y la vida

Juan 14:4-6  Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Encontramos una afirmación maravillosa del Señor que nos expresa Su divinidad: ¡Yo Soy! El Dios eterno, que no tiene tiempo,

Y también, en esa expresión, Jesucristo se auto revela a sí mismo, y nos deja ver que Él es: el camino, la Verdad y la vida.

De modo, que nadie puede llegar al Padre, si Cristo no le lleva, es por ello que Cristo es el camino al cielo y es la fuente de toda bendición que proviene del Padre.

Entonces, solo es posible acercarse a Dios mediante la fe en su Hijo Unigénito, solo en Cristo hay salvación

Juan 3:36  El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

En ese sentido, Cristo es el camino que nos conduce a Dios, y es la Verdad que liberta a los hombres de la esclavitud del pecado,

Y en esa libertad, Cristo es la vida, porque al poner nuestra fe en Él, somos renovados, hechos nuevas criaturas, con un corazón nuevo, con vida nueva

  1. Cristo nuestro consuelo ¡En Sus Promesas¡

Nuestra alma haya consuelo cuando puede descansar en las promesas de Cristo

Juan 14:13-14  Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré,

Para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Los discípulos habían pasado mucho tiempo con el Señor Jesús, y habían aprendido a descansar en la certeza que Él supliría todas sus necesidades

Esto es, necesidades de comida, como cuando alimento a los cinco mil; necesidades de salud, como cuando sano a la suegra de Pedro.

E incluso, necesidades tributarias, como el momento en que Pedro obtuvo el tributo a Cesar, de la boca de un pez

Pero cuando los discípulos contemplan que el Señor está por irse, se preocupan, pues ellos habían dejado todo, por seguir a Jesús

Y ese hecho, hace lógica la preocupación de los discípulos que ahora se preguntan, cómo harán para proveer ingresos.

Es por ello, que anticipando esa preocupación, Jesús les prometió que aun después de que Él se fuera, continuaría supliendo las necesidades de Su iglesia desde el cielo.

Y para infundir seguridad y consuelo, el Señor  repite dos veces “Yo lo haré” con el propósito de infundir tranquilidad a sus discípulos.

Filipenses 4:19  Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

De igual forma, nos lo dice el Señor a nosotros, su iglesia, que Él suplirá todo lo que nos haga falta ¿Lo creemos?

  • ¿Qué es pedir en el Nombre de Jesús?

¿Será que el Señor nos está entregando un cheque en blanco o una varita mágica, para que pidamos todo lo que queramos?

Seguramente ¡No¡ esa libertad de pedir, también tiene implicaciones.

Primero, pedir en el Nombre de Jesús significa hacer peticiones acordes con la voluntad de Dios y los propósitos de su Reino.

Y Segundo, esa petición implica reconocer nuestra pobreza espiritual, la falta de autosuficiencia y la falta de merecimiento total para recibir algo de Dios.

Cristo !Nuestro consuelo¡

Por tanto, pedir “En el nombre de Jesús” Es acercarse a Dios cubierto en los méritos de Jesucristo,

Y es, reconocer una dependencia completa en Él para suplir todas las necesidades, tanto físicas, materiales como espirituales.

Finalmente, pedir en el Nombre de Jesús, es expresar un sincero deseo de que Dios reciba la gloria con cualquiera que sea la respuesta que nos dé.

De modo que nuestra petición debe tener el firme y claro deseo de alinear nuestra necesidad personal con el objetivo supremo del Padre de glorificar al Hijo.

Y cuando los creyentes oramos de este modo, entonces nos encontramos orando de acuerdo al Nombre de Jesús: su persona, sus propósitos y su preeminencia.

  • Encontramos consuelo en la presencia del Espíritu.

Juan 14:16-17  Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;

Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

El Señor Jesús se fue de esta tierra y está sentado a la diestra del Padre, pero no nos dejo solos, sino que nos mando al Espíritu Santo como Consolador

Y no es un Consolador inferior a Jesucristo, sino que es de la misma esencia del Hijo y del Padre, porque los tres son un solo Dios, eterno e omnipotente

En ese sentido, el creyente Nunca está solo, nunca enfrenta la adversidad sin ayuda, nunca su alma abatida se perderá en la agitación de la realidad vivida

Porque el Espíritu de Dios nos consolará, llevándonos a la Palabra, a la promesa, a la Verdad y propósito de nuestra vida en este mundo caído.

Conclusión

Cristo, nuestro consuelo es el mensaje de esperanza ofrecido por el mismo Señor y es tan aplicable hoy como lo fue en el aposento alto hace dos milenios.

Porque este mundo está lleno de falsas esperanzas, de verdades a medias y un efímero conocimiento de Quién es Jesús

Pero en las Escrituras encontramos la Verdad del consuelo de Cristo y de la tranquilidad que da el Espíritu sobre la continua presencia de Cristo en nosotros,

De modo que el cristiano debe permanecer en la confianza que el Señor está preparando un lugar en el cielo para todos sus redimidos,

Y mantengamos la convicción firme que Jesucristo es el único camino a Dios, la comprensión de que Él es el Dios encarnado, el reconocimiento de su poder sustentador

Finalmente, mantengamos la expectativa cierta de que Jesús cumplirá sus promesas fielmente ¡No nos defraudará jamás¡

¡Cristo es nuestro consuelo siempre¡

 

[1] Willian Hendriksen, Comentario Evangelio de Juan