¡Ten Cuidado De Ti Mismo¡ ¿Por qué? Porque todo creyente tiene un enemigo interno que es la misma naturaleza pecaminosa que pretende imponerse,

Pero también tiene un enemigo externo que se encuentra en el sistema del mundo, que se une a un enemigo infernal que es el mismo diablo.

Y todos estos enemigos trabajan juntos, en confabulación para derrotar espiritualmente al creyente, y por lo tanto impedirle caminar por fe, crecer en la gracia, e impactar a otros para Jesucristo.

De manera entonces, que el cristiano encuentra  traidores en su mismo corazón, y si es así, la pregunta es ¿no los vigilaremos? En más de alguna ocasión, el corazón traidor nos engañará si no lo vigilamos.

Y aquellos pecados que parecían ya muertos, de pronto cobran vida: resurge el orgullo, la mundanalidad, y muchos otros vicios que creíamos ya arrancados de raíz.

Por eso es tan necesario que todos los hombres y mujeres, débiles en su naturaleza, cuiden con la vigilancia de sus propios corazones.

Si desea profundizar un poco más sobre  los recursos del creyente para luchar con el pecado, visite ¿Cómo Vivir Una Vida Piadosa?

¡Ten cuidado de ti mismo¡

El enemigo odia a los líderes que están a las órdenes de Dios más que a los soldados rasos. Y no hay duda que el centro de todo ataque de satanás se centra en la familia.

Así encontramos en la Biblia, muchos relatos que nos hablan de ese ataque constante de Satanás.

Por ejemplo, Adán y Eva, que tristemente cedieron ante el engaño de la serpiente e intercambiaron la Verdad de Dios

También tenemos a Noé, Abraham, Job, Ely, Samuel, David, José y María, todos ellos, y muchos más, en diferentes formas, fueron atacados espiritualmente

2 Corintios 11:3  Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,(A)

Vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

Y esto es así, porque satanás sabe el daño que puede hacer si las familias, y con ellas la iglesia, ven caer a sus líderes.

¡Satanás lleva mucho tiempo luchando así¡ hiriendo a los pastores para dispersar a las ovejas; y ha tenido tanto éxito que seguirá haciéndolo mientras pueda.

Entonces, entendamos que el diablo es más experto que el creyente, y más hábil en el debate, y suele transformarse en ángel de luz para engañar

 2 Corintios 11:14  Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

Texto de referencia.

1 Timoteo 4:16  Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

El apóstol Pablo, instruye a Timoteo, de manera que él aprenda a cuidar de sí mismo, comportándose como es debido

Y esto debe hacerse, porque hay una Verdad que debe ser transmitida, para lo que es necesario vigilar la doctrina, de manera que siempre encaje en lo bíblico

En ese sentido, Pablo no está instando  Timoteo, a un examen de sí mismo, sino a estar en constante alerta, tanto en la vida como en la doctrina.

Porque ambas cosas son inseparables. Una doctrina sana sin una vida piadosa no tiene valor, mientras que una vida piadosa sin una sana doctrina no es posible.[1]

  1. La advertencia: Ten cuidado de ti mismo.

Cuidar de nosotros mismos, significa “Vigilar de cómo estoy caminando con Cristo”, evaluarnos constantemente  si estamos viviendo conforme lo que predicamos,

O si estamos obedeciendo lo que vamos comprendiendo de la Palabra de Dios, si nuestro carácter refleja a Cristo o no. Entonces, cuidar de nosotros mismos significa ¡Prestar atención a mi testimonio personal¡

Significa, reflexionar sobre nuestra vida de obediencia a Dios o pensar si aun estamos muertos en nuestros delitos y pecados.

  • Ten cuidado de la doctrina.

Es decir, tener mucho cuidado de lo que estamos enseñando, así como de la instrucción que estamos recibiendo,

Significa, estar constantemente en una evaluación de nuestra doctrina, para determinar si lo que predicamos es fiel a la Escritura, a lo que Dios realmente nos está diciendo,

Y cuidar de la doctrina de los demás en el sentido de poder discernir si el que nos predica es apostata o fiel discípulo del Señor.

Solamente, haciendo así podremos identificar el serio problema que la iglesia tiene con respecto a la sana doctrina

Porque la doctrina de la iglesia universal es grandemente apostata, y en la iglesia evangélica no se queda fuera de la apostasía,

Y el problema está en el protestantismo liberal que permite el divorcio, la homosexualidad, el aborto, el casamiento homosexual, etc.

Sin olvidar la manipulación evangélica de los mega apóstoles que desvían al pueblo del Señor a moverse por señales y no por la Palabra.

  • Persevera en ello.

El mandato es, a que Nunca dejemos de hacerlo, que nunca dejemos de tener ese cuidado, personal y de la doctrina, ¿Por qué?

Porque la tarea del creyente No es fácil, somos constantemente atacados y solo saldremos adelante si perseveramos.

Ahora, debemos tener cuidado en el análisis correcto de este texto, de manera que no pensemos que “salvarte a ti mismo” significa que la salvación depende de nosotros,

Sino que, debemos saber que hay un llamado interno, que es el que Dios hace en su perfecta soberanía, en el que nos justifica, nos declara “sin culpa” y nos da la salvación,

Y un llamado externo, que es el mandato a predicar la Palabra de Dios, de manera que la salvación en el estado presente, es un llamado a la santificación.

¿Para qué somos hechos salvos?

Por tanto “cuidar de mi mismo y de la doctrina” es un mandato que glorifica a Dios, porque al hacerlo, estamos cumpliendo con el propósito de nuestro llamado,

Pero también, al obedecer este mandato, somos bendecidos porque al cuidar de nosotros mismos, somos transformados y podemos reflejar a Cristo en nuestra forma de vida.

  1. Ten cuidado de ti mismo ¿Cómo?

La Escritura nos manda a tener cuidado de nosotros mismos, de cómo andamos, cómo hablamos y cómo damos testimonio a los demás.

Pero la pregunta es ¿Cómo hacemos eso?

  • Cuida tu corazón.

Proverbios 4:23  Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;

 Porque de él mana la vida

Necesitamos cuidar de nuestro propio corazón ¿Cómo? Esforzándonos por evitar las pasiones, los malos deseos y las inclinaciones mundanas;

Pues, con nuestro corazón sentimos, queremos, pensamos, recordamos y deseamos. «Porque de dentro, del corazón de los hombres», -dijo el Señor Jesús-

“Salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, el orgullo y la insensatez», (Marcos 7:21-22.)

¡A no ser que el temor de Dios y su sabiduría se hallen sentados en el trono de nuestra vida![2]

Para ello, necesitamos profundizar en la vida de fe, el amor a Dios y a nuestro prójimo, y guardar con celo los mandamientos divinos;

Porque si no nos dedicamos a diario a escudriñar nuestro propio corazón para desarraigar la corrupción y toda intención de pecado, y andar con Dios –

Entonces, todo saldrá mal, nuestro testimonio de vida no predicará a Cristo y nuestros oyentes morirán, ante la incredulidad y el tropiezo que nosotros les signifiquemos.

  • Estar atento a la instrucción divina:

Proverbios 4:20-21  Hijo mío, está atento a mis palabras;

 Inclina tu oído a mis razones.

No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón;

Necesitamos estar atentos a la Palabra de Dios y hablando de ella en todo momento, a nuestros hijos y amigos, y dando testimonio de santidad.

Proverbios 4:22  Porque son vida a los que las hallan,

 Y medicina a todo su cuerpo.

El rey Salomón aprendió a guardar la Palabra de Dios en el centro de su corazón, y ese aprendizaje lo obtuvo en la casa de su padre David.

Es por ello, que todo creyente debe empezar en casa su testimonio de fe, teniendo mucho cuidado de la doctrina que escucha,

Porque sin una sana doctrina no puede haber un autentico testimonio cristiano ¿Por qué? ¡Porque sino conocemos la Verdad, No podemos caminar en ella¡

Entonces, luchemos para no ser desviados de la Verdad de Dios, luchemos por conocer y predicar la sana doctrina

De manera que no nos desviemos por doctrinas que nos seducen y que nos llevan a ser apostatas, convirtiéndonos en instrumentos de perdición.

  • Cuidando de nuestra lengua:

Proverbios 4:24  Aparta de ti la perversidad de la boca,

 Y aleja de ti la iniquidad de los labios.

La perversidad de la boca hace referencia a hablar de manera distorsionada la Verdad de Dios, torcer la Palabra y confundir.

Es por eso que la Escritura hace hincapié en la necesidad de cuidar de nuestras palabras, guardando nuestra boca, la lengua y los labios

Proverbios 13:3  El que guarda su boca guarda su alma;

 Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Guardamos nuestra alma en la medida que mantenemos armonía con nuestro prójimo, cuando no hablamos mal de nadie ni decimos mentiras

Y para ello, necesitamos evitar toda conversación que sea de cosas vanas, asegurándonos de hablar palabras edificantes, que tienden a ministrar la gracia de Dios en los corazones.

Efesios 4:29  Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Pensemos para hablar, y al hacerlo, hagámoslo con cuidado para no pasar vergüenza.

  • Cuidemos nuestros ojos:

Proverbios 4:25-26  Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.

Examina la senda de tus pies,(A)  Y todos tus caminos sean rectos.

Sabemos que los ojos son la ventana del alma, y de lo que miremos y contemplemos, depende la sanidad de nuestra alma.

Es por ello, que necesitamos mantenernos vigilantes de nuestros ojos, corrigiendo nuestra conducta y afirmando nuestras acciones según lo manda la Palabra

Proverbios 4:27  No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.

Y esto es posible, solamente si mantenemos una comunión constante con el Señor, meditamos a diario en la Palabra y no dejamos de congregarnos.

  1. Ten cuidado de ti mismo y Asegúrate de no contradecir la doctrina con un mal testimonio de vida.

Es un error común y muy visible, el que algunos pastores y creyentes, vivan en una desproporción, entre lo que predican y su manera de vivir.

Es decir, que se esfuerzan mucho por predicar con exactitud, o hablar correctamente la Palabra, pero no cuidan su estilo de vida.

Santiago 1:22  Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Este es un mandamiento de Dios, que podemos interpretarlo en dos partes:

  • No ser tan solamente oidores de la Palabra:

Nos engañamos a nosotros mismos cuando somos oidores olvidadizos, porque ese “olvido” está relacionado con la desobediencia a la Voluntad divina

Santiago 1:23-24  Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella,

éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

La Palabra de Dios es un espejo para nosotros, que nos muestra todo aquello que estamos haciendo mal y necesitamos cambiar,

Pero si somos necios, y vemos nuestro mal proceder para luego ignorarlo, y continuar con nuestra vana manera de vivir,

Entonces, estaremos viviendo en desobediencia, ignorando la Voluntad de Dios y alejándonos de su Verdad.

  • Sed hacedores de la Palabra:

Esto significa que debemos hacer lo que la Palabra de Dios nos está diciendo, que está Palabra conforme nuestra vida y regule nuestra conducta

Porque debemos vivir una doctrina práctica y esforzarnos, tanto al pensar cómo vivir de forma correcta, como al predicar de forma correcta.

Santiago 1:25  Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra,

éste será bienaventurado en lo que hace.

Dios, por medio de su Santo Espíritu, nos da la capacidad de obedecer sus mandamientos, de guardar su Palabra en nuestro corazón y nos da el poder para cambiar.

Y cuando podemos hacer eso, entonces somos ¡Bienaventurados¡ porque podemos glorificar a Dios con nuestra forma de vivir,

Ten cuidado de ti mismo

Pero también, porque gozamos de la maravillosa bendición de vivir bajo la perfecta Voluntad de Dios.

  1. Ten cuidado de ti mismo y asegúrate de no cometer aquellos pecados contra los cuales predicas.

Romanos 2:21-24  Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?

Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?

Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?

Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.

Cada vez que la Palabra de Dios ha de ser predicada, es necesario que primero seamos nosotros los enseñados,

Para poder ser responsables y consecuentes en nuestro compromiso con Dios y con los hombres,

De manera que todo aquellos que la Palabra ilumina, primero sea aplicada a nuestra vida, para cambiar primero nosotros y luego enseñar a otros,

Y para lograr ese impacto transformador de la Palabra, necesitamos ser hombres y mujeres de oración, que meditemos en la Palabra y la vivamos.

Sin olvidar que contamos con la maravillosa ayuda del Espíritu Santo que nos reviste del poder necesario, para vivir en la Verdad divina.

  1. Ten cuidado de ti mismo y asegúrate de que no te falten las cualidades necesarias para la obra.

Romanos 12:11  En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;

El maravilloso mandato de Dios es, que nunca dejemos de ser diligentes, prestos y solícitos en el servicio al Señor

Pero, según la doctrina cristiana, ser diligente significa: ser responsables y consecuentes en nuestro compromiso con Dios,

Y honrarlo en la oración, cumpliendo nuestras promesas, obedeciendo los mandamientos, sin apartarnos de su Palabra.

La diligencia, pues, es una virtud fundamental en la vida del cristiano, pues lo aparta de la pereza, lo mantiene enfocado en sus metas terrenas y espirituales,

Y le permite ir en busca de la fe, el conocimiento, la moderación, la paciencia y el amor. “Haber precioso del hombre es la diligencia”, sentencia el texto bíblico en Proverbios (12: 27).[3]

Conclusión.

¡Hermano, no pierdas más tiempo! Estudia la maravillosa Palabra de Dios, ora constantemente, consulta y práctica todo lo que aprendas;

Porque estas son las cuatro maneras de aumentar tu capacidad de obedecer a Dios, conocer la sana doctrina y vivirla.

Palabras y frases significativas:

Fervoroso: zeo (ζέω, G2204) , estar caliente, hervir; el término castellano celo se relaciona con este.

Diligencia: velocidad, rapidez, i.e. (por implicación) despachar, fervor, anhelo:- prisa, prontamente, con solicitud, con diligencia.

 

 

[1] Comentario Bíblico Siglo XXI, 1 Tim.4:16.

[2] Proverbios, Frans Van Deursen, pág. 178.

[3] https://www.significados.com/diligente/